martes, 28 de junio de 2016

FLORA SINONIMO DE LUCHA Y PENSAMIENTO

La  vida la golpeó dura e intensamente  pero nunca  la derrotó. Su familia, de la opulencia y la figuración, pasó a la peor  las pobrezas. Cuando todavía era  una niña de apenas cinco años. El padre, un aristócrata originario de Arequipa y  de grandes campanillas, nunca la reconoció legalmente como hija y, por tal razón, dejó de heredar infinidad de bienes que, evidentemente, le pertenecían. A partir de los 16 años, saliendo de la niñez  trabajó en mil oficios. Uno de ellos, modesta obrera en un taller de Litografía. Un año después, entre la adolescencia y la adultez de por medio, se casó con un pobre diablo que era el dueño de este negocio llamado André Chazal, procreando a tres niños. El matrimonio resultó un martirio y un fracaso total. Con celos y malos tratos  constantes. Posteriormente, hasta con intentos de asesinato de por medio.  A los 22, en medio de la desesperación,  huyó del hogar y se convirtió en una paria. Como le gustaba llamarse. Mucho de negativo era, para la sociedad de la época, ser hija natural y esposa repudiada.
A partir de este dramático momento, Flora Tristán, nacida en París el 7 de Abril de 1803 en plena época napoleónica, comenzó su vida errante que la llevó a hacer de todo por subsistir, acompañada de su hija Aline. De los tres vástagos, uno murió  muy pequeño y el otro se quedó con el padre, después de haber protagonizado un sonado caso judicial relacionado con la situación de  su matrimonio y la custodia de los menores. Ella, por su parte, jamás se separó de la tercera, a quien la tuvo siempre a su lado.

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Flora Tristán: luchadora social y feminista.

CARTA
Llegó a Paris y gracias a la intervención del Capitán  Chabrié, en 1829, pudo remitir una carta a su tío Juan Pio Tristán Moscoso, el millonario que vivía en el Perú. El pariente, hermano de su progenitor, la ayudó con dinero que le enviaba puntualmente para palear las necesidades diarias de la existencia.
Su padre se llamó Mariano de Tristán y Moscoso miembro de la Armada española, un coronel que falleció en la batalla. Mientras que la madre Thérese Lesnais, bella y hermosa ciudadana de nacionalidad francesa.  Ellos se conocieron en la ciudad española de Bilbao y vivían en la parisien Mansión de Vaugicard.  Sus nombres y apellidos completos resultaron ser los siguientes: Flora Celestine Therese Henriette Tristán Lesnais.
Tuvo una primera infancia de lujo y su casa era visitada por los personajes que luego serían hitos en la historia como Simón Bolívar, que con el padre de Flora compartía origines criollos y vascos. Además se decía que el Libertador podría ser su verdadero padre, dado que habría sido amante de su progenitora.
La situación de bondad económica se truncó con la muerte de Tristán, en 1808. Flora y su madre se trasladaron a vivir a un barrio marginal de París, en los alrededores de la Plaza Maubert donde vivieron en condiciones, realmente, penosas.

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                 Su famoso libro.

PRESION
Obsesionada completamente por ella, Chazal le propuso matrimonio y Flora aceptó presionada al máximo por  su madre, como una salida a su situación de necesidad económica. La peor de las decisiones que tomo en su vida.
La paria contó en una de sus obras lo siguiente: “Al separarme de mi marido renuncié a su nombre y volví a tomar el de mi padre. Siempre me rechazaron. Joven, atractiva y gozando de una apariencia de independencia, eran razones suficientes para que me  repudiasen”.
Luego añadió; “Le entregue a mi hijo vertiendo lágrimas porque me ofreció dejarme en paz. Pero poco tiempo después comenzó a atormentarme. Quería quitarme, a como de lugar, a mi hija al darse cuenta que su presencia me hacia feliz”.
Tristán huyó, entonces, por sexta vez de París y se escondió bajo nombres falsos, viviendo en un mundo de amenazas constantes. En 1833 dejó a la hija a cargo de una mujer de confianza, en una pensión.
Gracias al pariente de los Tristán,  Pedro Mariano de Goyeneche, la paria viajó al Perú  ese año dispuesta a cobrar su herencia y recuperar un puesto digno en la sociedad. Lo hizo en el barco Le Mexican, justo cuando había cumplido 30 años.
EN AREQUIPA
La travesía a América por la vía marítima duró cinco meses y tras desembarcar en Islay,  pasó a Arequipa. Allí en la blanca ciudad permaneció hasta Abril de 1834. Reclamó a su tío Pío Tristán su herencia, pero éste se niega a dársela.
Ciertamente que el  tío la trató de “sobrina querida” pero al no existir ningún documento que acreditara que era hija legitima de su hermano Mariano, no podía proceder de otro modo. Únicamente accedió a  pasarle una pensión mensual.
Ella se trasladó a Lima y permaneció en la capital hasta el 16 de Julio de 1834, fecha en que se embarcó del puerto del Callao con destino a Liverpool en el Reino Unido. Durante su estadía en el país, ella es testigo de la crisis política de 1833-1834. La guerra civil entre los partidarios de Agustín Gamarra y Luis José de Orbegoso.
Escribió un diario de experiencias sobre su viaje al Perú. El documento de suma importancia histórica fue publicado en 1838, bajo el sugerente título de “Peregrinaciones de una Paria”. De regreso a Francia emprendió una campaña a favor de la emancipación de la mujer, los derechos de los trabajadores y contra la pena de muerte.
Ya había conseguido la separación legal de su marido y la custodia de sus hijos. Sin embargo, André Chazal, enfurecido e impotente, intentó asesinarla. Cobardemente, el hombre le disparó en la calle y la dejó malherida, a mediados de Septiembre de 1888.

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Caricatura precisa

CONDENA
El agresor fue  sometido a un proceso criminal que se le complicó con la acusación de intentar violar a su propia hija Aline. Finalmente, este hombre resultó  condenado a 20 años de prisión, con trabajos forzados. La hija, por su parte, fue la madre del famoso pintor Paul Gauguin
Separada de Chazal,  publicó, en 1840. un programa socialista en el periódico “La Unión Obrera”  donde clamó por las necesidades de los trabajadores de organizarse y abogó por lo que llamó la  “unidad universal”.
Según su pensamiento, la emancipación debería ir paralela con la liberación de la mujer, bajo la consigna de “Proletarios del mundo uníos”. Así se convirtió en la primera mujer en hablar de socialismo y de la lucha de los obreros.
Karl  Marx le reconoció a Tristán el carácter de precursora de altos ideales nobles. Los libros que escribió la luchadora formaron parte de su biblioteca personal. En el texto “La Sagrada Familia, escrito por Marx y Engels se hizo una cerrada defensa de la escritora de ascendiente peruano y su pensamiento.
Murió a la temprana edad de 41 años , en Burdeos el 14 de Noviembre de 1844, por efectos de la enfermedad del tifus que adquirió en plena gira por el interior de Francia, promoviendo con ahínco y firmeza sus ideas revolucionarias que, según sostenía, apuntaban a favorecer a los  más pobres y desposeídos de la tierra.

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La tumba de la escritora ubicada en París.

OBRA
En “Peregrinaciones de una Paria”, cuya traducción al español corrió a cargo de de Emilio Romero en 1946 y 1971, la autora presenta la memoria de su viaje a América y la estancia en el Perú, entre 1833 y 1834.
Adoptó múltiples formas  narrativas, luego de ofrecer la visión personal de sus experiencias. Se trata de un libro fundamental para conocer de cerca los avatares de la incipiente república peruana, cuyas prácticas y costumbres fueron analizadas detenidamente.
Las otras obras de la pensadora fueron: “Paseos en Londres” (1840), pieza que contiene agudas críticas a la civilización británica. “La Unión Obrera”, folleto donde se sintetiza su ideario de reformas a favor de la clase proletaria, obra fundamental de la biblioteca de Marx.
Asimismo “La Emancipación de la Mujer”. Aquí se manifiesta rudamente contra la inferioridad matrimonial del sexo femenino, como sinónimo de moral mal entendida y falsa. Resultó un ensayo anticipatorio del moderno pensamiento feminista. Una novela también destaca como confirmación de su pluma: “Mephis”, cuyo protagonista aparece como una combinación de Mesías y Mefistófeles, el demonio del folklore alemán.

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 Una de sus célebres frases.

INFLUENCIAS
Inspirado en la lectura de “Peregrinaciones de una Paria, el escritor iqueño Abraham Valdelomar escribió en 1914 “La Mariscala”, una biografía novelada de doña Francisca “Pancha” Zubiaga, esposa del Mariscal Agustín Gamarra, Presidente el Perú
En 1942, el profesor de San Marcos y eminente pluma, Luis Alberto Sánchez, publicó un estudio de su personalidad  denominado “Una mujer sola contra el mundo” El Nobel Mario Vargas Llosa, en su novela “El Paraíso en la Otra Esquina”, analizó las travesías de esta insigne mujer y de su nieto Paul Gaugin como contraste para la vida ideal que  ellos buscaban, en sus experiencias fuera de su Francia natal.
El feminismo de Tristán se unió a la Ilustración como una  serie de reivindicaciones  enlazadas a un movimiento político a partir de la idea que todos los seres humanos nacen libres, iguales y con los mismos derechos. Le imprime a su feminismo un giro de clase social.
Al tiempo se emparentó con las corrientes críticas a las cuales se ha denominado “socialismo utópico”, pero teorizando la necesidad de un partido político obrero. “Todas las desgracias del mundo provienen del olvido y del desprecio que hasta hoy se ha hecho de los derechos naturales e imprescriptibles de la mujer, escribió en su libro “Unión Obrera”.
LUCHA
Su lucha incesante por conseguir una sociedad más justa e igualitaria quedó enteramente  plasmada en su obra. Por ello, denunció las distintas manifestaciones de exclusión social de la sociedad de Arequipa.
Realizó una de las primeras y más duras descripciones de los obreros ingleses, a tal punto que dijo lo siguiente: “La esclavitud no es a mis ojos el más grande de los infortunios humanos, desde que conozco al proletariado inglés”
Consideró fundamental el mejoramiento de la situación de miseria e ignorancia de los trabajadores. No hay que  olvidar ni despreciar los derechos naturales de la mujer. Esta era una de sus máximas.
Para  la escritora, la situación de las mujeres se derivó  de la aceptación del falso principio que afirma la inferioridad de la mujer, respecto a la del varón. Este discurso ideológico, hecho desde la ciencia.  Pero la Iglesia margina, según su opinión, a la fémina de la educación y la destina a ser esclava del amo.
Invariablemente dijo lo siguiente:“No se le envía a la niña a la escuela porque se le saca mejor partido en las tareas de la casa ya sea para acunar a los niños, hacer recados, cuidar la comida etc!. “. Entonces dirigió su discurso al análisis de las obreras. Que reciben un trato vejatorio e injusto. Ellas, afirma,,”sufren desde que nacen, unido a una mala educación”.

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Su nieto: el pintor Paul Gauguin

OPINION
También opino que las mujeres en sus múltiples funciones de madres, amantes, hijas, esposa lo son todo en la vida del obrero, influyen a lo largo de su existencia. Para ella, esta situación no tiene su equivalente en la clase alta donde el dinero puede proporcionar educadores y sirvientes profesionales, entre otro tipo de distracciones.
En consecuencia, educar bien  supone el principio de la mejora intelectual moral y material. De ello depende, inclusive, la emancipación de los hombres. Su discurso apela al sentido de justicia universal de la humanidad.
La Flora de la Unión Obrera adelantó un pensamiento que, anterior al Manifiesto Comunista, postuló a la unión de los trabajadores y de las propias mujeres que, mediante una revolución pacífica, traerá la prosperidad y la justicia.
Andre Breton dice de ella: “Acaso no haya destino femenino que deje, en el firmamento del espíritu, una semilla tan larga y luminosa. Vargas Llosa, por su parte la llama “temeraria y romántica con una vida justiciera”.
 Reconoció al matrimonio como un medio de opresión y ella se convirtió por sus actos, en una precursora con pensamiento muy pero muy propio que, evidentemente, algo de ello hay que tomar, sin extremismos totales, para mantener la necesaria igualdad de los seres humanos. Flora Tristán con sus seguidores y detractores, permanece, con creces, en la  humanidad de todos los tiempos. Para bien o para mal, la historia la tiene allí presente. (Edgardo de Noriega)

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