domingo, 23 de agosto de 2015

CUATRO VECES PRESIDENTE DEL PERU

A los inicios de la república independiente proclamada por el Libertad San Martin, el hombre de principios se convirtió en toda una figura de la vida pública peruana, con una solida formación  intelectual y en menor grado militar. Hasta superó su pasado familiar eminentemente de abolengo y  aristocrático pegado a las ideas españolas y se transformó, por convicción, en patriota. La política, de por sí impredecible, le dio varias oportunidades de destacar. Una de ellas cuando desempeñó interinamente, en cuatro oportunidades, la máxima autoridad  del Poder Ejecutivo en el curso de ocho años cumplidos exactamente. Es decir,  la primera magistratura del país, la Presidencia del Perú. Con distintos y variados nombres. Dos de ellas bajo el mandato de José de la Mar entre 1827 y 1828, en su condición de Vicepresidente de la República. Las otras restantes en tiempos de Orbegoso, en calidad de Supremo Delegado (1834) y Presidente del Consejo de Estado (1834-1835).
A Manuel Salazar y Baquíjano, nacido en Lima el 24 de Diciembre de 1777 y muerto  en la capital el  7 de Noviembre de 1850, se le puede calificar también como un parlamentario de polendas que integró la primera mesa legislativa del Primer Congreso Constituyente de 1822 que incluso dirigió impecablemente, demostrando a borbotones comprobados sagacidad e inteligencia.
 Muchos años después lo eligieron, casi al final de su vida, Senador por Lima en 1845 y presidió, con brillantez y eficacia, la Cámara Alta en cuatro oportunidades consecutivas. Una existencia al servicio entero del país.

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Salazar y Baquíjano con la banda presidencial.

TIO ILUSTRE
Hijo de José Antonio Salazar y Breña, Alcalde ordinario de Lima en 1767, perteneciente a la orden de Carlos III y de la limeña Francisca de Paula  Baquijano y Carrillo de Córdova. Como sucedía con los hijos de las encumbradas familias criollas, lo invistieron como Teniente Coronel de Milicias y paso a ser representante de Zaña y Lambayeque.
A la muerte de su tío José Baquijano y Carrillo heredó los derechos al título de Conde de Vistaflorida al que renunció, posteriormente, luego de que el Perú se convirtió en República y, por ser bizco de un ojo, el pueblo lo conoció y llamó, graciosamente, el  Conde de Vistatorcida. Uno de los firmantes del Acta de la Independencia aprobada en sesión de cabildo abierto, el 15 de Julio de 1821.
El pariente ,Baquíjano y Carrillo, fue uno de los principales ideólogos de la Independencia del Perú. Fundador de la Sociedad de Amantes del País y forjador de la idea de nacionalidad. Liberal por excelencia, hombre de ideas firmes.
Elegido Diputado por Huaylas (Ancash) y así pasó a integrar el Primer Congreso Constituyente de 1822, conjuntamente con Francisco Javier de Luna y Pizarro, José Faustino Sánchez Carrión y Francisco Javier Mariátegui. 
PREFECTO
Lo aludió el Libertador San Martín cuando dijo en sus palabras de despedida y decidió alejarse del país: “Peruanos, os dejo establecida la representación nacional. Si depositáis en ella una entera confianza, cantad el triunfo. Si no, la anarquía os  va a devorar”.
Precisamente al día siguiente de esta histórica alocución, Salazar y Baquíjano  integró, con el General José de la Mar y el comerciante Felipe Antonio Alvarado, la llamada Suprema Junta Gubernativa del Perú que asumió el Poder Ejecutivo, tras la partida del Libertador y cuyo mandato se extendió del 20 de Septiembre de 1822 al 27 de Febrero de 1823.
Luego presidió el Congreso Constituyente entre el 20 de Octubre de 1822 y el 20 de Noviembre de 1823, precisamente, en el periodo fructífero en el cual se promulgó la primera constitución republicana del Perú.
Lo nombraron Prefecto de Lima, cargo que ejerció del 12 de Enero al 20 de Septiembre de 1825 y, durante el cual, se dictó un reglamento de policía que sirvió, entre otras cosas, para brindarle seguridad efectiva a la ciudadanía.
Elegido nuevamente Diputado por Lima y por ello integró el Congreso General Constituyente de 1827. En este organismo legislativo lo nombraron Vicepresidente de la República.  Allí se encargo del Poder Ejecutivo en dos oportunidades.

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Participa en la Independencia Nacional con San Martín

CON ORBEGOSO Y SALAVERRY
La primera, del 9 de Junio al 22 de Agosto de 1827, cuando el electo Presidente de la República, José de la Mar, se trasladó de Guayaquil hacia Lima para asumir el mando. La segunda en momentos que el mismo mandatario dirigió al ejército peruano tras el estallido de la Guerra con la Gran Colombia, hasta el golpe de estado que promovió el General Antonio Gutiérrez de la Fuente. Cabe precisar que en esta oportunidad, en Piura, el General Agustín Gamarra apresó y desterró al Jefe de Estado que, precisamente, fue elegido legítimamente para ese alto cargo.
En el curso de la presidencia provisoria del General  Luis José de Orbegoso, Salazar y Baquijano estuvo en el mando supremo del 30 de Marzo hasta el 6 de Mayo de 1834. Mientras que el trujillano ilustre y poderoso combatió a los revolucionarios, encabezados por el General Pedro Pablo Bermúdez.
 Lo mismo hizo  en momentos que se presentaron otros acontecimientos también con Orbegoso. En la gira del más alto representante del  Estado  por el sur y durante el golpe de estado, encabezado por Felipe Santiago Salaverry.  Todo ello ocurrió entre noviembre de 1834 y febrero de 1835. 
SENADOR
Salazar se retiró a Jauja hasta que Salaverry  lo llamó y lo designó como miembro de su Consejo de Estado reconociendo, de esa manera, sus innegables méritos. La derrota y muerte del caudillo en manos de Andrés Santa Cruz, en la Plaza de Armas de Arequipa, marcó el retiro, por un buen tiempo,  de las actividades políticas.
Durante el desarrollo de la Confederación Perú Boliviana, siguió implacable fuera de la actividad pública. Aún después del triunfo de los restauradores peruano-chilenos en el Combate de Portete de Tarqui librado en las puertas de Lima, el 21 de Agosto de 1838.
Una vez más rechazó los ofrecimientos que le hicieron para volver a figurar. Pero, tras la anarquía militar de 1842-1844, fue elegido Senador por Lima al año siguiente, llegando a presidir esa cámara hasta en cuatro oportunidades de 1845 a 1849.
Falleció en Lima en 1850 a los 72 años de edad. Lo enterraron en un mausoleo del Cementerio Presbítero Maestro. Se había ido de este mundo un gran personaje que brilló en épocas difíciles y de
reciente formación republicana. He allí su gran mérito.


Nace en 1777  y muere en 1850.

INFLUENCIA
 Cabe precisar para saber más con detalle del personaje que, en la víspera de la Navidad del año 1777, un niño vino al mundo acrecentando con su llegada el número importante de miembros de la familia Salazar, emparentada con gran parte de la nobleza local, entre los que estaba el Conde de Vistaflorida, tio del recién nacido.
Como era habitual, el nene fue más adelante bautizado, teniendo en cuenta el nombre del santo de su día. Le pusieron de nombre Manuel Jesús. Lo bautizaron unos meses después, en la Parroquia del Sagrario de la Catedral Metropolitana de Lima.
Su tío BaquÍjano y Carillo influyó decididamente en su pensamiento y forjó en él las ansias del  cambio y de la independencia. A los 40 años recibió la noticia del fallecimiento del ilustre pariente ocurrido en la ciudad de Sevilla (España)
Cuando en 1821 el Virrey La Serna decidió abandonar la capital y marcharse a la Sierra, San Martín ingresó a la ciudad. Pero antes preguntó al cabido limeño, si estaba a favor o en contra de la Independencia.
La conservación de las formas, por parte del guerrero argentino autoproclamado “Protector del Perú” y reconocido por el Congreso como “Fundador de la Libertad”, resultó fundamental para evitar derramamientos de sangre. 
MISA
Luego del pronunciamiento favorable del ayuntamiento capitalino, reunido en cabildo abierto, pudo ingresar a Lima y proclamar la independencia, siguiendo el mismo recorrido y ritual de estilo que se usaba durante la proclamación de un nuevo rey de España, tras el fallecimiento del antecesor. En aquella reunión del cabildo de Lima estuvo presente Salazar y Baquíjano, junto con su hermano Miguel.
El discurso que pronunció Salazar y Baquíjano cuando se aprobó la primera constitución del país resultó,por donde se le vea, célebre. “Por este solemne acto aparece en la faz del universo ya constituida la República peruana… Luchemos contra  las insidias y agresiones de los enemigos internos y externos. .. Esta es la carta de nuestra libertad”.
Los miembros del gobierno en pleno, encabezados por el Presidente Torre Tagle, juraron ante la carta magna y salieron todos hacia la Catedral, donde se celebró una misa de acción de gracias culminada con un Te Deum.
El día anterior a la promulgación de la Constitución, el Congreso prohibió los títulos nobiliarios, por unanimidad, conforme a las corrientes de pensamiento de la época que resultaban incompatibles con el nuevo sistema.
FEDERALISMO
Entre los hechos destacados de la Presidencia de Salazar en el Congreso destacan la fundación de la Biblioteca del  Parlamento, habiendo servido de base los libros enviados desde Londres por los señores García del Río y Paroissien, miembros de la misión privada enviada por San Martín a la búsqueda de un príncipe europeo para el  Perú.
El Congreso aprobó y el  Ejecutivo promulgó la nueva Ley de Imprenta lo que marcó otro hito importante del periodo de Salazar al frente de la representación nacional. No participó en el Congreso de 1826. Ni menos en la Constitución Vitalicia que favoreció a Bolívar.
Ahora bien, cabe indicar que el Primer Congreso Constituyente aceptó la renuncia de San Martín, quien decidió alejarse del Perú. La Junta Gubernativa comenzó a actuar legítimamente integrada por José de la Mar que la presidió y cuyos otros miembros fueron Felipe Antonio de Alvarado y Manuel Salazar y Baquíjano.
El congresista Jose Faustino Sánchez Carrión presentó, en el Parlamento, un proyecto sobre el sistema federal de gobierno pidiendo que esta fórmula  sea representativa, popular y descentralista. Incluso con gobiernos propios en cada provincia. Esta contribución de federalismo, luego de ser debatida con amplitud, fue rechazada por unanimidad.

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Su tío: José Baquíjano y Carrillo

BOLIVAR
Luego se invito a Bolívar venir al Perú, confiriéndole el poder político y militar. El Libertador llegó el  1° de Septiembre de 1823, mientras que la primera constitución es promulgada por este congreso el 12 de Noviembre del mismo año, quedando  en suspenso el 10 de Febrero de 1824, cuando fue incompatible con el poder dictatorial del  venezolano.
La Carta Magna  de 1823 estuvo inspirada en los más puros y clásicos principios de democracia individual y del liberalismo. Aprobó la república como forma de gobierno, declaró que todas las provincias del Perú, reunidas en un solo cuerpo, forman la nación peruana.
 Que ella era independiente de la nación española y de toda dominación extranjera y que no podía ser patrimonio de ninguna persona. Ni de familia alguna y que la soberanía residía directamente del pueblo.
El principio de la división de poderes pareció a los constituyentes como Salazar y Baquijanio, un celestial invento. Pero, ello en realidad, condujo a la  subordinación del Ejecutivo ante el Legislativo.
En la Constitución se estableció un congreso unicameral. En ese sentido, a la cámara única se le denominó, como señala Basadre, Congreso del Perú. Sólo el Parlamento tenía la iniciativa de las leyes. El Ejecutivo carecía de tal facultad.
ASAMBLEA
El régimen político que adoptó esta carta no fue parlamentario, ni presidencial. Sino  un rol de asamblea, tipo de gobierno que estableció que el organismo debe ser elegido por el pueblo. Se trataba, en todo sentido, de una constitución de marcada tendencia liberal, en el cual se reconocía el sistema republicano.. La religión católica fue designada oficial
También se estableció el sistema de poderes tripartito: Ejecutivo, Legislativo y Judicial, se dio libertad a los esclavos nacidos después de 1821. Sobre esta constitución se ha dicho, por parte de los especialistas y entendidos, muchas cosas.
Entre ellas que fue una carta magna sui generis, fuera de nuestra tradición, con un Poder Ejecutivo débil. Lo cierto es que no tuvo influencia alguna en nuestra historia y también que, en la práctica, resultó  un documento utópico en extremo, teñido de un exagerado liberalismo.
 En efecto, la carta de 1823 no llegó a regir de manera efectiva. Ella formó parte de un primer esfuerzo con una significación republicana y primigenia. Por esto último se le recuerda y se aplaude a sus forjadores donde destaca, nítidamente, Salazar y Baquíjano. (EdeN)

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