domingo, 27 de julio de 2014

UGAZ : LA CORRUPCION AL DESNUDO

Hay definitivamente méritos y logros que han sido contados a plenitud por  el que fue Procurador Anticorrupción Ad Hoc entre el  2000 y el 2002, José Carlos Ugaz Sánchez Moreno, en su libro “Caiga quien Caiga”, que acaba de aparecer impecable en cuanto a hechos fácticos de denuncia ocurridos en el pasado y con pequeños errores de forma en conceptos de redacción,  cargos equivocados de personajes  y otros dislates. Sin embargo, la meta y el antídoto necesario a favor de la ética moral del país se cumple a plenitud: la corrupción de los sátrapas, Fujimori,  Montesinos y otros galifardos de ese nefasto régimen que asoló la patria durante 10 largos años, es retratada  por completo y, por ende, desnudada a cabalidad para bien de todos los peruanos.
No es por gusto y si es trascendente que esta Procuraduría procesó a aproximadamente unas 1,200 personas en  unas 200 investigaciones penales. De esta cifra, más de un centenar de acusados fueron enviados a prisión. Implicadas autoridades de altísimo nivel y personalidades con efectivo poder político y económico.
Entre ellas: la Fiscal de la Nación, Blanca Nélida Colán y fiscales de diversas denominaciones.  El Presidente del Congreso, Víctor Joy Way. Varios parlamentarios. Lo mismo que magistrados de la Corte Suprema y de rangos inferiores. El Presidente  y dos vocales del Poder Electoral, alcaldes, hombres de negocios y 14 generales de las Fuerzas Armadas y Policiales, incluido el Comandante General del Ejército, Nicolás de Bari Hermoza Ríos. La lista, definitivamente, de peso especifico y negativa por completo por las fechorías mil de por medio.


José  Ugaz : jurista e investigador de polendas.

 OTRAS CONCLUSIONES
Otras conclusiones del libro. El monto de lo robado por la red criminal fujimorista es de varios cientos de millones de dólares. La cifra exacta se desconoce. Por su parte, el perjuicio económico patrimonial asciende a  miles de millones de dólares.
Sin embargo, hay algunas precisiones que las da a conocer el ex procurador. Los conservadores estiman que lo sustraído al Estado peruano puede llegar a 600 millones de dólares. Ugaz recuerda en ese  sentido que el historiador, Alfonso Quiroz, sostuvo en su libro “Corrupt Circles” que el promedio anual de los costos de la corrupción, durante el régimen de Fujimori, se estima entre los 1,400 millones y 2 mil millones de dólares. Cantidades exorbitantes por sus cuatro costados y, evidentemente, impactantes. ¡Qué tal mafia!
Los fondos  ilícitos  fueron depositados por los inescrupulosos  en bancos del Perú como el Wiese Sudameris, Estados Unidos, Suiza, Gran Caimán, Luxemburgo, Panamá, México, entre otros.  Mientras que lo encontrado en el sistema financiero suizo ascendió a 113 millones de dólares.
 Lo que se recuperó de lo robado por  Hermoza Ríos fue 28 millones de dólares. Al final de la gestión de Ugaz, aproximadamente 250 millones de dólares se identificaron e inmovilizaron en diversas cuentas de dichas instituciones. De esta cantidad, unos 75 millones de dólares se repatriaron. 
EL IDL
Los acontecimientos  salen a las luces impecables en la publicación como noticias relucientes en estas memorias del jurista nacido en 1959, el mismo que tiene un lugar propio en el campo de su especialidad penal, tras realizar estudios en la Universidad Católica de la cual es profesor y de post grado en Holanda y la Universidad de Salamanca España. Actualmente es miembro del Estudio  Benitez, Forno & Ugaz Abogados
Gracias a la publicación,  nos enteramos, por primera vez, que el  Instituto de Defensa Legal (IDL), la célebre y controvertida organización de derechos humanos dirigida por Ernesto de la Jara, declinó intervenir en la denuncia correspondiente para capturar a Montesinos.
En esa oportunidad, cuando se le pidió colaboración, de la Jara sostuvo que podría tratarse de una celada para ubicar al Doc, a fin de liquidarlo porque éste poseía información que comprometía  a las altas esferas del gobierno y al propio Fujimori.
En buena cuenta, el abogado desconfiaba de la intención del Presidente de terminar con la gran influencia que el asesor ejerció, hasta ese momento, de manera implacable en el régimen. Entonces, lo mejor era dar un paso al costado. De la Jara lo hizo. Ugaz persistió en el empeño. Uno erró  y el segundo se la jugó, evidentemente.
EL EQUIPO
A sugerencia de César San Martín, actual vocal supremo y ex Presidente del Poder Judicial, que por aquel entonces se desempeñaba como Jefe del  Area Legal de su estudio y a quien lo considera el penalista más solvente del país, el Procurador buscó y consiguió respaldo político internacional en el desarrollo de un trabajo eficaz. En efecto, las recomendaciones vinieron del gobierno norteamericano con creces y con efectividad.
Conformó su equipo principal con dos abogados de primera línea que se desempeñaron como Procuradores Adjuntos. Luis Vargas Valdivia y César Azabache Caracciolo. El primero pertenecía  a su bufete profesional y antes  fue un magistrado de  carrera judicial. El segundo un joven y talentoso letrado que, desde estudiante y como profesional, demostró un coraje y habilidad profesional poco usuales. Posteriormente se incorporó con el mismo cargo de estos últimos,  Ronald Gamarra para los casos de Derechos Humanos
Las discrepancias con Fujimori,  que había nombrado a este equipo de lujo profesional a sugerencia  del Ministro de Justicia, Alberto Bustamante Belaúnde, para luchar contra la corrupción, se presentaron muy rápidamente.

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Carátula del libro.

DESMENTIDO
 La primera de ellas cuando el mandatario aseguró a la prensa que Montesinos estaba con orden de captura y que su detención era inminente.  No era así porque  la denuncia iba recién  a ser presentada al día siguiente. Entonces, Ugaz recurrió a los medios de comunicaciones y dejó las cosas en claro.
El desmentido le dolió por completo al mandatario y drásticamente solicitó su renuncia. No entendía como un funcionario de menor jerarquía tenía  el atrevimiento de enmendar sus declaraciones. “Hasta el último policía de Chumbivilcas me hace caso, pero Ugaz no”, dijo con cólera. Conciencia sucia. Felizmente, nunca prosperó la dimisión.
La corrupción comenzó a actuar y le mando como presente al Procurador un hombre de seguridad de las mismas entrañas del montesinismo, el mismo que dependía de Manuel Aybar Marca lugarteniente directo del Doc. Lo que le enviaban era un espía obviamente. Su nombre: el capitán de la policía de apellido Agurto.
Las andanzas de este impostor fueron múltiples. Una vez simuló una conversación a través del  teléfono y se la hizo escuchar a su jefe, donde los amenazaban las huestes corruptas. Era una llamada arreglada con el objeto de intimidar por un lado y por otro  para que el guardaespaldas se ganase la confianza de su jefe.
Un incidente ocurrió cuando el hijo de Ugaz estaba a bordo de una camioneta, regresando del colegio con un par de amigos. Desde un vehículo, con lunas oscuras, unos desconocidos lo encañonaron con una metralleta. El chofer realizó una maniobra y se escabullo de los agresores. El hecho en sí fue publicado por los diarios chicha que le dieron el carácter de intento de secuestro.
AMENAZA SINGULAR
La única amenaza efectiva que recibió Ugaz resultó muy singular. Lo llamaron para decirle que “lo iban a matar” Contestó la empleada de la casa y  reconoció la voz de un hombre joven. La denuncia correspondiente se hizo en Seguridad del Estado.
Lo que había ocurrido es  que los amigos del colegio de su hijo  comenzaron a hacer, irresponsablemente, “pasadas” telefónicas y, en el caso del  Procurador, la broma consistía en asustarlo. Uno de los bromistas cayó preso. La madre, desesperada, llamo al agraviado que, habiendo comprobado el hecho, tuvo que desistir  de la denuncia.
En el libro se da cuenta que el 6 de Diciembre del 2,000, alrededor de la 1 de la tarde, el Juez Jorge Vargas Infante abrió proceso penal contra Vladimiro Lenin Montesinos Torres por los delitos contra la Administración Pública, Corrupción Pasiva Propia e Impropia y Contra la Función Jurisdiccional, Encubrimiento Real y Falsa Declaración en Procedimiento Administrativo. 
ALLANAMIENTOS
 La denuncia fiscal corrió a cargo de la doctora Ana Cecilia Magallanes, proba magistrada hoy lamentablemente fallecida. A partir de ese momento, el asesor era un prófugo de la justicia peruana  y podía ser capturado en el país y en el extranjero.
La Procuraduría consideraba que este delincuente conformaba, efectivamente, una organización criminal y el caso había que tratarlo de esa manera. El problema principal era, en esos momentos, que no se sabía dónde estaba exactamente este hombre que tuvo tanto poder durante 10 largos años.
Por eso es que se solicitó los allanamientos de casas donde podía ser ubicado. La del General Luis Cubas Portal, su cuñado. El departamento de su esposa  Trinidad Becerra. El inmueble residencial de su amiga Delia Vergara, Alcaldesa de Chaclacayo y el de Oscar Medelius, congresista oficialista involucrado en el escándalo de las firmas falsas.
El acto en si fue aprovechado de manera completamente ilegal por el propio Fujimori.  El Presidente de la República de aquella epoca cometió incluso delito  y mandó  revisar la casa de Trinidad Becerra con la ayuda de un fiscal falso, llevándose 65 maletas, 5 maletines y 95 cajas con cientos de audios y videos a discreción, joyas y alhajas de todo tipo y ropa finísima.
Por este hecho, Ugaz  indebidamente fue involucrado  en una denuncia penal. La misma que no tenía ni pies ni cabeza. Por eso mismo, tras arduo y largo trámite, el proceso se archivo porque, precisamente, no existía ningún tipo de delito.

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Lo designó Fujimori y, éste por pillo, cayó denunciado..

PRIMICIA
La ruptura definitiva con Fujimori ocurrió cuando la prensa entrevistó  a Roberto Escobar Gaviria (a) Osito, hermano del célebre narcotraficante Pablo Escobar muerto hace unos años en una feroz cacería luego de fugar de la cárcel.
Lo que se supo de boca del hermanísimo fue realmente una primicia: Montesinos llamó a Pablo Escobar y los puso al teléfono con Fujimori, quien a su vez le agradeció la donación de un millón de dólares utilizados en la campaña electoral de 1990. Nada más y nada menos que poner al Gobierno del Perú a  disposición y órdenes del narcotráfico.
Entonces  la Procuraduría, respetuosa de la ley y en posición permanente  de combatir el delito, presentó una solicitud de investigación a la Fiscalía de la Nación por lavado de dinero, proveniente del  tráfico de drogas.  Era el 13 de Noviembre del 2,000, el día en que, precisamente,  Fujimori partió hacia Brunei, de allí se refugió en Japón de donde renunció a la presidencia vía fax. Cobarde total. 
DINERO
Unos días después, como consecuencia de la solicitud, el Fiscal Alejandro Espino Méndez abrió investigación prejudicial contra Fujimori y Montesinos por los ilícitos penales de Lavado de Dinero, Receptación de Bienes Producto del  Narcotráfico, Colaboración y Favorecimiento del  Narcotráfico Internacional y Encubrimiento.
La debacle política en su esplendor más grande. Todo el caos y  desorden en el país. Más aún cuando se trataba de dinero. El Ministro  Bustamante Belaúnde, le envió a Ugaz de forma irregular 29 mil dólares para los gastos de la Procuraduría. Esta cantidad fue depositada en una cuenta especial. De pronto y de un momento  otro, el Perú se quedo sin gobierno ni presidente.
Hasta que se constituyó el régimen de transición, presidido  por Valentín Paniagua Corazao, designándose como nuevo  titular del portafolio  de Justicia, a Diego García Sayán. La nueva administración decidió ratificar a todos los procuradores que luchaban, efectivamente, contra la corrupción.
Para variar y conforme se esperaba, los diarios fujimoristas como “La Razón” de los corruptos hermanos Wolfenson criticaron, con dureza y sin fundamentos, el trabajo de Ugaz y los famosos 29 mil dólares. No obstante de que las cosas estaban claras.  Como era justo, en este caso no se presentaron consecuencias posteriores de carácter legal ni penal.  Aletazos de los pillos de siete suelas.
CORROCHANO
El libro cuenta minuciosamente sobre las cuentas millonarias de Montesinos en Suiza que ascendieron a la suma de 49 millones de dólares. El Procurador Ugaz llegó en pos de información hasta ese lejano país europeo y así se supo, entre otras cosas, cómo se descubrió el botín.
Luego del soborno a Alberto Kouri, la noticia dio la vuelta al mundo y uno de los banqueros que recibió el dinero advirtió una mañana, mientras leía el periódico, que el peruano que le confió el dinero no era un exitoso empresario pesquero como había declarado, sino  más bien el asesor del presidente peruano metido en serios problemas y acusado de corrupción.
Entonces, el banquero le contó la situación a las autoridades judiciales de su país, encabezadas por Cornelia Cova.  Montesinos había sido presentado al banco por el peruano-norteamericano, James Stone, también involucrado en actividades ilícitas.
La primera denuncia con captura efectiva  que hizo la Procuraduría fue contra el abogado inescrupuloso, Javier Corrochano  Patrón, aliado al “Doc” en asuntos turbios relacionados con el Poder Judicial, a quien incluso le había regalado un juego de cubiertos de plata muy costosos.
La mañana del sábado 23 de Diciembre del 2,000, víspera de noche buena, el siniestro hombre de leyes fue detenido cerca  a su domicilio cuando estaba a bordo de su automóvil en compañía de un amigo, según orden emitida por la Jueza Nancy Quinteros del  10° Juzgado Penal de Lima.

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La  dupla de oro de la corrupción: Montesinos y Fujimori.

EL CHINO
Corrochano resultó ser el primer delincuente que se acogió a la colaboración eficaz, régimen desconocido en el Perú que se aplicó para combatir efectivamente a la corrupción. En tal condición, confesó haber participado en actos dolosos con Montesinos,  Manuel Aybar Marca y una serie de personajes que constituían una verdadera red de influencia delictiva en el sistema penal.
Uno de los “peces gordos” que cayó fue Alejandro Rodríguez Medrano de quien, hasta ese momento, sólo se sabía que era el ejecutor principal de las órdenes del Doc en el Poder Judicial. Pero  hasta esa fecha nadie pudo probarle algo irregular.
Rodríguez Medrano, conocido como el “Chino”, que luego fue condenado a 8 años de prisión por corrupción, era un magistrado de carrera que había llegado a ser Vocal de la Corte Suprema durante el régimen de Fujimori.
Según Corrochano, esta red peligrosa incluía también a los abogados, Abel Muñoz, hijo del entonces Presidente de la Corte Superior de Lima, Sixto Muñoz, Edgar Chirinos  que compartía bufete profesional con él y Edgar Solís Cano, ex abogado del  Estudio Montesinos, quien después se desempeñó como Viceministro de Justicia de ese régimen. ¡Qué tal gente!
Lo cierto es que al colaborador eficaz se le condenó a cuatro años de prisión, incautándole el yate de su propiedad llamado “Pisco Sour” y obligándolo al pago de una reparación civil de 300 mil dólares. Además de la cancelación de una multa por 50 mil dólares.
¿ASESINATOS?
La Procuraduría, según relata la publicación, también investigó a fondo a Matilde Pinchi Pinchi, pieza clave de las andanzas de Montesinos. Ella fue la que entregó, para su difusión,  el video de soborno a Kouri y así se precipitó la caída del régimen fujimorista, con el conocimiento posterior de todas sus fechorías.
Sostuvo incluso que su jefe habría mandado matar, para perpetuarse en el poder,  al Cardenal del Perú, Monseñor Augusto Vargas Alzamora, al congresista oficialista Carlos Torres y Torres Lara y a Gustavo Mohme Llona, Director del diario opositor “La República”.
Según esta versión, todos habrían sido envenenados en diversas circunstancias. A Mohme lo aborrecía Montesinos por haberlo denunciado varias veces. Le habría infiltrado un agente de su entorno que le cambió, subrepticiamente, las pastillas que tomaba para el corazón por otras que contenían una sustancia que lo mataría sin dejar rastros.
A Vargas Alzamora,  también de la misma manera, por el viejo encono que se remontaba a la época en que el sacerdote apoyo la campaña de Vargas Llosa, el rival de las elecciones de Fujimori en 1990 y por ser un crítico a las violaciones de los derechos humanos imputadas al gobierno. 
CELOS
En cuanto a Torres y Torres Lara, premier  y ex ministro de Fujimori  en varias carteras,  la razón para eliminarlo  estribaba en que no simpatizaba con el asesor y sus métodos y, por lo tanto, influía negativamente sobre Fujimori para sus intereses.
 Le habría administrado algún  tipo de sustancia para empeorar su estado de salud por el cáncer y acelerar su muerte, proceso que habría monitoreado, personalmente, desde un lugar cercano donde se internó la posible víctima
Con respecto a estos puntos, Ugaz afirma en su libro que resultaba difícil de creer que se había llegado a esos extremos. Del Cardenal nunca se sospechó que hubiera muerto por razones que no fueran de su enfermedad. De Torres y Torres Lara, un hecho comprobado es que viajó a Estados Unidos a  tratarse el cáncer y que falleció como consecuencia del tumor maligno. Nunca se comprobó lo de Mohme. El hecho  es que el Ministerio Público llegó a la conclusión de que no se podían acreditar estos hechos.
Lo que si era cierto es que la Pinchi tenía relaciones intimas con su jefe y por esta razón exclusiva de celos odiaba y se llevaba muy mal con la amante de Montesinos, Jackeline Beltrán. Esta rivalidad sentimental si parece ser que fue la razón para que la mujer decidiese contar todas las andanzas del  asesor presidencial, según la opinión del que fue Procurador.
DENUNCIA
Hay más revelaciones de Matilde Pinchi en la publicación. Como la que aseguraba que Vladi había intervenido para arreglar el problema judicial del ex Presidente Alan García, a fin de que acabase el impedimento existente de ingreso al territorio nacional y retornase al país.
Montesinos habría hablado telefónicamente con el ex mandatario de Panamá a Colombia, ayudado por  Mendel  Winter, dueño de Frecuencia Latina que recibía sobornos constantemente. Su servicio habría consistido en preparar un escrito legal que luego fue remitido a Lima y presentado a la Corte, la que finalmente habría fallado archivando el proceso contra García. La Fiscal Magallanes, en presencia del  Procurador, verificó la versión. Montesinos confirmó la conversación. Winter, sin que estuviese Ugaz, hizo lo mismo.
Sin embargo, posteriormente, el siniestro personaje  presentó un escrito a la Fiscalía de la Nación  en que se desdecía de su versión incriminatoria contra García y denunciaba a Ugaz y Magallanes de haberle  arrancado la declaración como consecuencia de una extorsión, en virtud de la cual le habían ofrecido exculpar a su esposa Trinidad Becerra y su hija Silvana. Por su parte, Winter hizo exactamente  lo mismo. Dios  cría a los malignos y ellos se juntan para mentir totalmente.


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Montesinos, Rodriguez Medrano y otros mafiosos..

INTENTO DE GOLPE
Lo actuado por Magallanes pasó a ser investigado por otro fiscal quien, luego de realizar las indagaciones del caso, concluyó que no existían elementos suficientes para acreditar la existencia del delito, por lo que dispuso el archivamiento definitivo de la investigación. La denuncia contra la Fiscal y contra Ugaz tampoco prosperó al descartarse cualquier  actuación indebida.
Sin embargo, Pinchi Pinchi entregó mucha información que si pudo corroborarse rápidamente. Como por ejemplo, la forma en que Montesinos despachaba una maleta con 100 mil dólares en efectivo para Fujimori a Palacio de Gobierno. Como se distribuían los pagos a la prensa chicha, congresistas tránsfugas y otros personajes sobornados.
Gracias a esta colaboradora se supo del intento de golpe de estado planificado por el asesor contra Fujimori en el que se pretendía nombrar como presidente títere a Carlos Boloña, en ese entonces Ministro de Economía.
Por ella apareció un registro documental importante como recibos firmados por los tránsfugas reconociendo el dinero recibido,  notas en que dos fiscales le piden por escrito a Montesinos que les remita su mensualidad  de 500 dólares y hasta contratos en la que los hermanos Winter reconocen, expresamente, estar recibiendo varios millones de dólares, a cambio de poner la línea editorial de Frecuencia Latina TV a favor del Gobierno.
FACILIDADES
  A  Matilde Pinchi, sopesando el valor de lo aportado por su colaboración, no se le detuvo. Pero si se le impuso una condena de cuatro años de prisión suspendida y el pago de una reparación civil de un millón de dólares.
La publicación cuenta detalladamente la caída de Montesinos en Venezuela. Aquí jugó un papel  muy importante el FBI de Estados Unidos. Mientras que el dictador Hugo Chávez trato de ganarse indulgencias ajenas que, obviamente, ni siquiera hizo.
Su actuación fue, para muchos, hasta de protección. Aunque al final se vio obligado  a ordenar la intervención del servicio de inteligencia de su país, quien lo entregó a la autoridades peruanas, encabezadas por el Ministro del Interior del Perú, Antonio Ketín Vidal, quienes lo trajeron preso a Lima por vía aérea.
En realidad, el país del norte dio facilidades en todos los casos en los que las personas o dinero vinculados a los sátrapas pasaron por Estados Unidos. Fue así como Víctor Venero, operador mafioso y testaferro fue capturado en Miami. En el Pacific Industrial Bank de dicha nación se detectó 38 millones de dólares a nombre de Montesinos. 
ENCERRADO
El que fue asesor presidencial de inteligencia alquiló una casa en el peligro barrio pobre de El Amparo en Caracas Venezuela. La pasaba encerrado en una habitación de 3 por 5, viendo televisión y a veces lloraba porque temía por su vida. El hombre buscado en su país de origen y en varias partes del mundo se había quedado sin dinero en efectivo disponible.
Cometió un grave error, en su afán de seguir manteniéndose escondido y pagar a sus custodios, al comunicarse por correo electrónico con un funcionario de un banco para sacar plata. Lo descubrieron y al poco tiempo cayó.
Antes quiso cobrar unos certificados bancarios, por medio de otra persona, enviados desde Lima por su hija Silvana. Pero fracasó rotundamente. Lloró otra vez, pataleó y hasta amenazó a los funcionarios bancarios. Nones. No había plata para él. Todo el esfuerzo fue en vano.
Ugaz cuenta que lo detuvieron en un grifo gasolinero, después de haber sido traicionado por aquellos que contrató como fuerza de seguridad. Uno de lo que fungía de ser su guardaespaldas, José Nuñez, llamó a la Dirección de Inteligencia Militar de Venezuela (DIM), cuyos efectivos lo recogieron y detuvieron.
Como complemento, hay un capítulo entero en el libro sobre la extradición y el juicio a Fujimori, a manera de corolario del castigo justo por los delitos cometidos. Asimismo se trata en la publicación sobre los millones de las compras militares, el tráfico de armas y otros temas que contribuyen por completo a conocer, en profundidad, este flagelo que afectó completamente a la sociedad peruana.


Javier Corrochano: primer colaborador eficaz (Foto Caretas).

ERRORES
En cuanto a los errores de forma y tan sólo de escritura subrayados al inicio de esta nota, el primero de ellos que encontramos en el volumen que hemos leído está relacionado con un concepto escrito por el autor. Habla, indebidamente, del “Día de todos los santos que algunos prefieren llamar de todos los muertos”. No es así.  Son efemérides distintas y separadas por un día. Es decir 24 horas. Una se cumple el 1° de Noviembre y la otra el 2 del mismo mes. La expresión es, pues, impropia.
El autor erróneamente convierte a Gino Costa en Defensor del Pueblo Adjunto. Este cargo lo desempeño Walter Albán y el aludido si fue un eficiente funcionario de esa prestigiada entidad estatal,  pero no con ese puesto. Al  Almirante Alfredo Palacios Dongo lo denomina indebidamente como “Alfonso Palacios Dongo”. Habla de una Matilde Pinchi “serena pero tensa” Las dos aptitudes juntas no se dan. Si se esta tensa, no se está serena. Imposible. Todos estos gazapos y dislates sería bueno corregirlos para una segunda edición del libro que, efectivamente, merece tener  más lectores. 
Ahora bien, lo encomiable es el relato en si que aporta luces por completo y eso merece aplausos. Felizmente Fujimori y Montesinos están presos. Uno en la Diroes con pena efectiva de 25 años. El otro en la Basa Naval del Callao, la cárcel que el mismo mando construir para los terroristas. La pena mayor y de rigor, hasta ahora, para este hampón es también de 25 años. La justicia dio luces y no obstante la corrupción sigue en el país con otros protagonistas. Hay, de parte de las autoridades, la obligación de pararla. (Edgardo de Noriega).

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