viernes, 11 de abril de 2014

CUANDO LA JUSTICIA DEJA MUCHO QUE DESEAR

La justicia como elemento vital de la sociedad estuvo plagada, en estos últimos días, de acontecimientos controvertidos y completamente criticados por los cuatro costados. En primer lugar, la elección del Fiscal de la Nación, doctor Calos Ramos Heredia, colmó por completo la impaciencia de la ciudadanía por ser un funcionario que, precisamente, no inspira ninguna confianza. Ni menos tranquilidad para el futuro.
Para colmo de males y en segundo lugar, el 21 Juzgado Penal de la Corte Superior de Lima  dictó una controvertida sentencia en el caso Utopía, como sanción por la muerte de 29 prominentes jóvenes, la misma que dejó un trágico y rechazable emblema  de evidente signo de impunidad.
 Ello tan anormal  que ocurre a vista y paciencia de todo el mundo, definitivamente, no parece ni proporcional ni adecuado y su comprobada negligencia enteramente criticable. Lo que deja mucho que desear para quienes creen en  la equidad y la probidad.
No son por gusto ni tampoco majadería las dudas. En el caso del doctor Ramos Heredia se le acusa de haber colaborado con el archivamiento del juicio de lavado de activos seguido contra los narcotraficantes Sánchez Paredes y se le cuestiona por supuestamente haber protegido al Presidente Regional de Ancash, César Alvarez, en su nefasto accionar con el funcionamiento de una central telefónica clandestina denominada “la centralita”, para controlar a sus adversarios y enemigos y hacer barrabasada y media a través del espionaje penado por la ley.


Controvertido el nuevo Fiscal de la Nación.

ESCANDALO
Veamos lo que efectivamente ocurrió. Resulta que la Fiscal María Maguiña recomendó archivar la acusación, sosteniendo  que los ingresos de los hermanos Sánchez Paredes estaban debidamente justificados.
Su  controvertido informe generó un escándalo que llevó  a que el Fiscal de la Nación ordenase una investigación interna contra ella . Pero, increíblemente, el entonces Fiscal  Supremo de Control Interno, Ramos Heredia, absolvió a Maguiña convalidando lo ocurrido. Inaudito.
Con respecto a la investigación de la centralita, ésta  fue interrumpida porque los cuatro fiscales que allanaron el inmueble donde se realizaban estas actividades ilícitas fueron denunciados por Ramos Heredia porque, según él, se habrían cometido irregularidades en la diligencia y todo se vino abajo, sin sustento ni explicación alguna.
Adicionalmente y para seguir en el limbo de la desconfianza total, Ramos Heredia es primo de la Primera Dama de la Nación, Nadine Heredia. Una relación familiar que en un comienzo la  negó y, cuando las pruebas se le vinieron de frente a la cara, la aceptó a regañadientes, subrayando que el parentesco era lejano. 
SUSPICACIAS
El hecho,  por razones obvias, da lugar a la generación de suspicacias de todo tipo. Efectivamente está comprobado que, por tal vínculo, se acaba la independencia que debe existir en el Ministerio Público como condición primordial cuando se requiera investigar al Ejecutivo actual y al propio nacionalismo que detenta el poder. Tal premisa es innegable. Y a estar atentos.
No es precisamente el fiscal elegido para tan alto cargo una persona intachable y transparente, tan necesaria en una institución encargada de denunciar la criminalidad y defender la legalidad en  todo orden de cosas. Desde la aparición de un delito hasta la defensa evidente de  los derechos humanos.
 Ramos Heredia está en la mira, precisamente, por los antecedentes que hemos dado a conocer.  Existe la obligación de monitorear permanente, en el futuro, su accionar que por lo que ocurrió anterkiormente pueden ser nefastos. No queda otra como antídoto
En el caso de los dueños de la referida discoteca, Alan Azizolahoff y Edgar Paz Ravines fueron condenados como reos ausentes a cuatro años de prisión efectiva por el incendio de dicho local ocurrido hace casi 12 años, el 22 de Julio del 2002.
 La justicia llegó muy tarde, exclusivamente, por el  martirizante llamado contra la impunidad hecho constantemente, y de forma admirable, por los padres de las víctimas que pasaron y pasan las horcas caudinas para conseguir justicia.

Los familiares de las victimas escuchando una de las sentencias.

INDEFINICION
 Acusados por el delito de homicidio culposo agravado por omisión impropia, la Fiscalía solicitó 20 años de prisión para cada uno de los culpables. La sentencia resultó benigna y desproporcionada. Como es obvio genera el rechazo de los deudos y de la opinión pública.
El caso ha tenido etapas de indefinición inaceptables. Los jueces cerraron la posibilidad de continuar con el proceso. La Corte Suprema, tras larga espera, fue la que reabrió el año pasado la causa de la que habían sido excluidos, inexplicablemente, los máximos responsables.
Antes el Poder Judicial, prácticamente, le cerró las puertas a los que reclamaban, mostrando tan sólo una condena. La del administrador de la discoteca, Percy North, hoy en la cárcel, a quien se le sentenció a diez años de prisión. Lo han  convertido en el chivo expiatorio del proceso. Mientras que a sus jefes, con idéntica o más responsabilidad, les dieron mucho menos tiempo de pérdida de la libertad, sin ninguna explicación convincente de por medio
Lo de Utopía tuvo orígenes directos y concretos. El incendio se propagó y causó la muerte de los muchachos, sobre todo, por falta de seguridad. Ni mangueras para los extinguidores contra incendios tenía. El colmo de los colmos. 
OMISIONES
Adicionalmente el local carecía de licencia municipal, operaba sin las normas de defensa civil y contrataba espectáculos, sin estar autorizados para ello. Es decir se registraron omisiones, incumplimientos y faltas a cada rato y en todo momento. Las omisiones andando y la tragedia se desató inexorablemente.
Para muchos sectores de la población, Utopía es el drama de la justicia sin aplicarse como efectivamente se debe. Hasta se habla de corrupción de por medio e incluso de influencias políticas. Lo que si es un hecho inevitable que los padres continuaran luchando para conseguir el castigo que se merecen Azizolahoff y Paz, quienes indebidamente están fuera del Perú, gozando de una libertad que es inadmisible. (EL DIRECTOR)

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