miércoles, 12 de marzo de 2014

HUBER MATOS: ¿EXISTENCIA DE IDEALES?

Unos dicen que los ideales los llevó como máximas persistentes. Sin embargo,  sus contrincantes lo acusan continuamente de traidor, terrorista y gusano. La existencia no le fue fácil. Para algunos de sus seguidores  que los tiene hasta ahora y a montones y que son parte de un conglomerado más abierto y consecuente con el pasado histórico, afirman a los cuatro vientos que, más allá de los adjetivos y denuestos ideologizados por conveniencia al máximo, nadie puede negar que puso el pecho y luchó contra una dictadura brutal. La de Fulgencio Batista en la Cuba que era, efectivamente, el burdel de los Estados Unidos.
Dentro de este contexto variopinto y unido a otros grupos de cubanos exiliados que consideran al país del norte como una maravilla total en todos los actos que realiza, ellos los más concienzudos  afirman que lo cierto es que fue nada más y nada menos que uno de los comandantes de la revolución de los barbudos de Fidel Castro. Cosa que es cierta.
 Ya en el poder discrepó contra  lo que se vino: el comunismo con sus tentáculos tan enigmáticos que llevó a la isla,  otra vez,  a la pérdida de la libertad. Eso implica  afirmaciones y negaciones que nadie las puede dejar de lado.  Ni adherentes, ni enemigos. La  verdad en toda su expresión. Los primeros sobrestimando los hechos históricos. Los segundos llevándolos a su mínima expresión y acusándolo, delictualmente, como el más peligroso de los disidentes.


Huber Matos poco antes del final de su vida.

LA CARCEL
Tampoco se puede ocultar que la discrepancia le costó la amenaza de  ir al paredón  para fusilarlo, primero. Como se hizo, muchas veces con mucha gente, sobre todo al inicio de la revolución. Entre las víctimas justos y pecadores, pudiendo  con mucha facilidad haberse equivocado. Evidentemente, sin poder remediar nada, como dilema permanente. Y después con contundencia,  le vino directamente los 20 años de cárcel contante, constante y sonante.
 Otra vez las opiniones se dividen. Nada de justicia, si mucho de abuso propio de las autocracias, dice  una parte de los opinantes que toma partido en esta lucha que se da sobre Cuba. La otra opina todo lo contrario. Había que juzgarlo y condenarlo para salvar la revolución. Por eso el paredón, por eso el gobierno fuerte. A cambio de ello salud, educación y trabajo para todos. Y la libertad, allí extrañándola, dicen aquellos que podrían tener la razón.
 Para muchos, uno tras otro año perdido en la más absoluta de las oscuridades donde la luz estaba lejos. Parecía que no existía. Sin ton ni son y sin ninguna acusación grave acorde con el largo tiempo  oprimido de privación de la libertad.  Con mucho rigor, con mucho dolor. Con muchas inconsecuencia. Sacrificado, peleador, combativo. Una vida que acaba de extinguirse para siempre en el exilio de Miami, el último 27 de febrero del año en curso. Su nombre completo: Huber Matos Benitez
ARGUMENTOS
Los argumentos de los partidarios prosiguen y son múltiples. No consiguió, desafortunadamente, la liberación del país de sus entrañas que sigue gobernado, desde hace más de 50 años, por los hermanos Fidel y Raúl Castro.
 Para ellos, los más antiguos autócratas y déspotas de esta parte del continente. Ahora que el poder se pasa de hermano a hermano, como en las  monarquías. Que es esto. Un sancochado. Y va caer, y va caer, la dictadura va a caer. Sus seguidores también dicen que por lo menos su fallecimiento, a los 95 años de edad, servirá para  el retorno evidente de la libertad
Frente a ello está la otra versión. El pueblo idolatra a Fidel y Raúl porque transformaron por completo la isla y desafiaron al enemigo de la humanidad  luchando, precisamente, para ser libres: Estados Unidos,  el mismísimo monstruo que lo tienen cerca y es el causante directo de todos sus males, tras el bloqueo económico explicable pero inconcebible
Evidentemente que su nombre suena a complot reaccionario y acción nefasta del imperialismo  para las izquierdas del mundo y los oficialistas de ese país. Que para sus detractores  esa nación es doliente embargada en la peor de sus crisis históricas, con un pueblo que efectivamente sufre. Las dos caras de la moneda de la comprensión y la incomprensión. Todo eso es el tema Cuba.
MAESTRO Y AGRICULTOR
Huber Matos  fue maestro de escuela y agricultor de pequeñas parcelas de tierras de arroz en sus años mozos. Lo vuelven a defender y los que lo admiran aseguran que hasta el final nunca olvidó la frase incrustada en el himno nacional de su país: “morir por la patria es vivir”, según dicen sus seguidores muy convencidos de hacerle justicia
Comprobado está, eso sí, que fue uno de los oficiales del ejército rebelde de Cuba que peleó toda la guerra de 1956 a 1959 y llegó al alto rango de comandante. Sus actividades revolucionarias las inició en 1952 contra el gobierno de Batista. Por ello mismo tuvo que exiliarse en Costa Rica donde reunió soldados y recursos para la lucha armada de Sierra Maestra.
Logró llevar, en marzo de 1958, un cargamento aéreo con armas y municiones para Fidel Castro. Por esa hazaña de resultados efectivos fue premiado por un comando de combate. Durante el asalto final hacia Santiago de Cuba, dirigió una columna y posteriormente, tras el control del país por parte de los revolucionarios, lo nombraron Comandante del Ejército en la provincia de Camagüey.
Cuando vino el giro comunista de la revolución, Matos no vaciló y expresó sus discrepancias totales. Incluso envió una carta a Fidel que lo dejó en la estacada. La reacción vino con todo y en una manifestación popular, el jefe de la revolución lo  acusó de sedición.


Cuando lo trasladan rumbo a la cárcel preso.

MUERTE
Muchos años después muere, a las 4 de la madrugada del  referido día, a causa de un ataque masivo del corazón, de acuerdo con un  comunicado difundido por la familia. La declaración llevaba el membrete de la organización anticastrista “Cuba Independiente y Democrática” que encabezaba el propio Matos.
Falleció en el Hospital Kendall Regional de Miami, a donde había sido trasladado el 25 de Febrero. Al día siguiente pidió ser desconectado del equipo de respiración para despedirse de su esposa María Luisa Araluce y de sus hijos. Intuía que la parca venía inexorablemente. Le sobreviven al igual que su esposa, sus vástagos Rogelio y Huber y sus hijas Lucy Matos Lodato y Carmen Matos Mori
Llegó a recibir llamadas de los partidarios que tiene en Cuba. Entre ellos un grupo de activistas que le cantó el himno nacional cubano a través del teléfono. Sus últimas palabras fueron: “La lucha continúa, ¡Viva Cuba Libre!”. Su hijo Rogelio Matos Araluce, que lo acompañó en momentos que expiró,  reveló que su padre se mantuvo lúcido y hablando hasta el final.
La historia precisa que, a  casi dos años después de que Batista huyera de Cuba, Castro reconoció  abiertamente el carácter socialista y marxista leninista de la revolución. Era el año 1961. Sin embargo, en su libro autobiográfico “Cómo llegó la noche”, el disidente cubano sostuvo que comenzó a  dudar  de Fidel y la revolución siete meses después de que el líder cubano tomara el poder.
CIENFUEGOS 
Fidel, en última instancia y sin que le tiemble la mano, ordenó el arresto de Matos, hecho efectuado por otro líder de la revolución Camilo Cienfuegos, el 22 de Octubre de 1959, en el Cuartel del  Ejercito de Camagüey. El revolucionario de alto cargo desapareció al poquísimo tiempo en un accidente de aviación que nunca se esclareció y sus restos nunca fueron encontrados.
Por su parte, Matos terminó siendo sentenciado a 20 años en prisión. En 1979 fue liberado y rápidamente voló a Costa Rica, donde su esposa e hijos se habían ubicado después de salir de Cuba en la década de 1960. Más tarde la familia se trasladó a Miami.
Una carta que escribió antes de morir dice que quiere descansar bajo la tierra de Costa Rica. Pero la misiva también señala con precisión que él quiere ser desenterrado y vuelto a enterrar en su ciudad natal de Yara, a unas 450 millas al sureste de La Habana, cuando impere la democracia en la isla. “Así acompañaré a mi madre, me reuniré con mi padre y con los cubanos”
Luego precisa: “Quiero hacer mi viaje de regreso a Cuba desde la misma tierra cuyo pueblo siempre me demostró solidaridad y cariño”. El líder disidente escribió en su última carta, una especie de testamento político para darse a conocer después de su muerte.
Nació el 26 de noviembre de 1918. En su pueblo  natal el héroe de la independencia de Cuba, Carlos Manuel de Céspedes, inició en octubre de 1868 la guerra contra el dominio colonial español después de emitir un manifiesto que llegó a ser conocido como el Grito de Yara.

A

Al lado de Fidel Castro.
BATISTA
El fervor revolucionario de Matos comenzó el 10 de marzo de 1952, cuando Batista dio un golpe de estado que derrocó al presidente democráticamente electo, Carlos Prío Socarrás. “Recuerdo que estaba dando una clase y llegó la noticia de que había habido un golpe de estado”
 “Batista  tomó por la fuerza el poder otra vez”, recordó en su libro. Para mí fue como una bofetada en la cara colectiva del pueblo cubano. ¿Cómo se atreve? Yo era un maestro, pero les dije a mis alumnos ese día: “‘Tenemos que salir a protestar. Esto no se puede permitir que ocurra. Cuba es una democracia’ ”.
Poco después del golpe de 1952,  decidió formar parte de las fuerzas contra  la opresión, las mismas que aún no se habían fundido en un solo movimiento revolucionario. Eso ocurrió posteriormente cuando Fidel y su hermano Raúl, junto con el revolucionario argentino Ernesto “Che” Guevara, desembarcaron en 1956 del yate Granma que había zarpado de México.
Aunque el grupo de rebeldes fue casi aniquilado por las fuerzas batistianas, los hermanos Castro, Guevara y algunos otros sobrevivieron y se escondieron en las montañas de la hoy histórica Sierra Maestra.
Matos dio un paso hacia el logro de la gloria revolucionaria cuando en 1957 organizó, desde Costa Rica, un vuelo de reabastecimiento de armas para las fuerzas rebeldes. El avión voló directamente al reducto de los revolucionarios en las montañas, llamando poderosamente la atención de Fidel Castro sobre su capacidad  como estratega militar.



Con una de sus hijas.
LOS CINCO
 En última instancia, el luchador es nombrado comandante de las fuerzas revolucionarias, uno de varios que conformaron el liderazgo militar de Castro. Los otros incluyeron a su hermano Raúl, el “Che” Guevara, Camilo Cienfuegos y William Morgan, un estadounidense.
Pero de acuerdo a la versión de Matos dada en su libro y en posteriores entrevistas que se le hizo, solo los hermanos Castro, Cienfuegos, Guevara y él mismo desempeñaron un papel clave de liderazgo revolucionario.
“Había cinco de nosotros que llevaron la revolución”, dijo  en el 2009. Y Cienfuegos y Matos eran en quienes Fidel Castro parecía confiar más. Ellos dos acompañaron al líder principal en su arribo triunfal a La Habana en enero de 1959, después de que Batista huyera de Cuba .
Sin embargo, la confianza profesada por Castro se desvaneció a los pocos meses de la toma del poder. En julio de 1959, Matos ya había perdido la fe en Castro y estaba dispuesto a romper con él.
En su libro dice que comenzó a preparar una carta de renuncia como comandante revolucionario después de llegar a la conclusión de que Fidel tenía la intención de imponer una dictadura marxista en Cuba
Los dos se reunieron a finales de julio de 1959. Huber dice en su libro que abordó sus preocupaciones con Castro y que éste le instó a no renunciar.“Lamento que pienses así, pero no hay crisis entre tú y yo”, le habría dicho el jefe de la revolución.
¿AFECTO?
Luego le habría señalado: “Quédate como hasta ahora en el mando revolucionario. Si dentro de un tiempo ves que, conforme a tu criterio, las cosas no han cambiado, entonces estás en tu derecho de renunciar. Lo planteas y no pasará nada. Nos sentaremos a conversar y nos despediremos como amigos, como compañeros, como hermanos”.
Las expresiones de afecto de Fidel se convirtieron en furia unas semanas más tarde, cuando ordenó el arresto de Matos. Así comenzó la odisea de 20 años que Matos pasó en nueve calabozos cubanos.
Cabe señalar que antes y el mismo día de su arresto, Pedro Luis Díaz, un exiliado cubano en Miami y antiguo jefe de la fuerza aérea cubana,  tiró panfletos desde un avión sobre la ciudad de La Habanallamando a la remoción de todos los elementos comunistas del gobierno.
 En respuesta a estas acciones, frente a una manifestación popular en la Plaza Roja, Castro preguntó a la muchedumbre que si era justo ejecutar a los dos disidentes. La multitud gritó: ¡paredón! Es decir, que los fusilasen. La demagogia jugando con fuego en toda su expresión
Después del mitin,  el jerarca comunista llamó a una junta de gobierno para definir la suerte del disidente. El “Che” Guevara y Raúl Castro favorecían la ejecución y tres de sus ministros, que cuestionaron sus acciones,  fueron de inmediato reemplazados por gentes incondicionales al gobierno. Al final, se decidió en contra de la ejecución, explicándose: "No se le debe convertir en mártir".


Su tumba y el dolor de sus familiares por su fallecimiento.
CALVARIO
Describió su calvario detalladamente en una entrevista que la revista “People” publicó después de su llegada a Miami con su familia en noviembre de 1979. “Una vez estuve 13 meses sin visitantes, otra vez siete años”, recordó.

 “En El Morro, se me permitió salir a ver el sol en una oportunidad, después de 10 semanas. En la Isla de Pinos, pasé un año dentro de una caja de concreto con uno de mis hombres. Nunca vimos la cara del carcelero. Este hombre dejaba la comida en una ranura de la puerta”. Al final de su condena, en octubre de 1979,  fue trasladado en avión a Costa Rica.

“He regresado a la libertad y a la vida”, decía Matos en su libro, recordando sus primeros pensamientos cuando aterrizaba el avión en ese país. Posteriormente, en Miami,  encabezó el grupo anticastrista denominado “Cuba Independiente y Democrática”.
El hijo de Matos, Huber Matos Araluce, jugó un papel importante en la organización hasta que fue arrestado y acusado, en 1993, de estafar al Medicare y el Medicaid. Huyó a Costa Rica, que se negó a extraditarlo.
Por su parte, Huber Matos Benítez se mantuvo activo en Miami, viajando a menudo por todo el país y el extranjero para pronunciar discursos o impartir conferencias sobre su lucha contra los hermanos Castro. Hace cuatro años en 1909, dijo que el régimen cubano habría caído de no haber sido por la ayuda financiera y envíos de petróleo, por parte de Venezuela.


Caricatura precisa.
DESEO
Expresó su deseo de volver a la isla y habló de unir fuerzas en una Cuba democrática con prominentes disidentes cubanos como Jorge Luis García Pérez, conocido como Antúnez, y la bloguera Yoani Sánchez. El anhelo no se cumplió. Pero la esperanza queda allí latente al grito de libertad para todos los cubanos, según dicen los adherentes.
La dirigencia castrista de la isla  afirma estar más fuerte que el propio Estados Unidos, El problema persiste y el tiempo dirá lo que efectivamente es cierto. Mientras tanto, el lector tiene las dos posiciones expuestas a plenitud para que saque sus propias conclusiones, a propósito de la muerte de este disidente que llamó  la atención de su país y del mundo internacional. (EL Director)

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