lunes, 30 de diciembre de 2013

PEZET: MAS GUERRERO QUE PRESIDENTE

Combatiente patriota que luchó con San Martín por la  independencia nacional convencido totalmente de que la libertad era el aire que debía reinar y predominar a lo largo y ancho del país, para el beneficio directo  de todos los peruanos. Los actos de su agitada y fructífera vida demostraron que fue un auténtico guerrero donde destacó mucho más que de mandatario de la nación.
 Juan Antonio Pezet   Rodríguez de la Piedra  descolló de igual forma con Bolívar y Sucre en las batallas de Junín y Ayacucho que, precisamente, consolidaron tales efectos y sentimientos plenos de reivindicación. Evidentemente una impecable contribución  a la patria peruana  que prosiguió, de manera  continuada durante muchos años más, aunque con sus nubarrones y fracasos de por medio.
 Seguidor de Gamarra contra la Confederación Perú-Boliviana, Pezet- sin embargo- fue un  político trejo que ocupó los cargos de Primer Ministro, Vicepresidente de la República y finalmente Presidente Constitucional  del Perú entre 1863 y 1865.
 Un gobierno corto de dos años que  presidió en medio de las reacciones nefastas de los españoles  que trataron de imponer condiciones y originaron un espinoso conflicto diplomático. Al que tuvo que enfrentarlo durante casi todo su periodo y que precisamente por efectos de ello posteriormente fue sacado del poder, después de ocurrir la ocupación de las islas de Chincha por la escuadra de ese país que estaba realizando un viaje por las costas americanas.


Juan Antonio Pezet

TALAMBO
Resulta que el 4 de Agosto de 1863 se desató un incidente en la hacienda Talambo, ubicada cerca de Chiclayo, entre inmigrantes vascos y agricultores  peruanos. Como resultado del enfrentamiento, un español resultó muerto y otros cuatro quedaron heridos.
 Ante tal situación de evidente conflicto, el gobierno español  envió a  Eusebio Salazar y Mazarredo, bajo el pomposo y desafiante titulo de Ministro de su Majestad en Bolivia y Comisario Extraordinario para el Perú.
 Por su parte, el Poder Ejecutivo peruano, presidido por  Pezet, aunque aceptó entrevistarse con el enviado español, le indicó que no reconocía el cargo de comisario. Salazar entonces se envalentonó y  rechazó cualquier tipo de diálogo.
En respuesta el 14 de Abril de 1864, la escuadra española se dirigió del Callao hacia Chincha y decretó la ocupación de estas islas. Los marinos invasores izaron el pabellón de su país en el lugar enteramente peruano. Y de inmediato, ellos  decretaron el bloqueo del primer puerto del país. En busca de exigir negociaciones con el gobierno peruano. 
AMENAZA
A manera de amenaza inconcebible, España envió cuatro buques de guerra y nombró al Almirante José Manuel Pareja como Comandante de su escuadra, en reemplazo de otro marino de idéntica graduación apellidado Pinzón.
En Diciembre de 1864, una vez en territorio peruano, Pareja se enfrascó en intensas negociaciones diplomáticas con el General Manuel  Ignacio de Vivanco, representante del Presidente  Pezet.  Las conversaciones finalizaron el 27 de Febrero de 1864, con la suscripción del Tratado Vivanco-Pareja.
Lo real y  cierto es que el acuerdo fue rechazado totalmente por la ciudadanía peruana que lo consideraba humillante y contrario a los intereses del país. Por eso mismo dejó de ser aprobado en el Congreso de la República,
La falta de reacción del Gobierno generó una indignación contagiante que, políticamente, tuvo consecuencias directas y decisivas. En efecto, a los pocos meses, una revolución nacionalista comenzó a desarrollarse en la ciudad de Arequipa, encabezada por el entonces Coronel Mariano Ignacio Prado.
Los revolucionarios establecieron su cuartel en la ciudad de Chincha y de allí avanzaron sobre Lima. Al mando del General  Pedro Diez Canseco ingresaron a la capital la madrugada del 6 de Noviembre de 1865, burlando a las tropas gobiernistas que vigilaban deficientemente los contornos de la ciudad.
La lucha  entre los bandos enfrentados de revolucionarios y gobiernistas resultó ruda y duró más de seis horas. Los primeros recibieron apoyo de diversos sectores del pueblo, logrando atacar e ingresar a Palacio de Gobierno.

Protagonista de la Independencia del Perú.

PILLAJE
La casa de Pizarro sufrió el pillaje protagonizado por el populacho e incluso se le incendió, perdiéndose importantes archivos con documentos valiosos desde la época de la Colonia. Pezet se hallaba en las afueras de la capital al mando de sus tropas.
Al ver caída la capital, el Presidente desistió de causar más derramamiento de sangre y renunció al poder.  Logró asilarse, con sus principales colaboradores, en la corbeta  británica Shear Water. Luego se embarcó a Europa donde permaneció hasta 1871
Radicado en Richmond, Inglaterra,  Pezet movió sus influencias para acelerar la salida de las unidades navales que adquirió el Perú bajo su gobierno y entre los que figuraban  el monitor Huáscar y la fragata Independencia.
Retornó a suelo peruano en  1871, pero se mantuvo completamente retirado de la política. Falleció en  Chorrillos pocos días antes del inicio  de la Guerra con Chile: el 11 de marzo de 1879. Lo quisieron nombrar Jefe del Ejército ante el inminente conflicto bélico.



Nadie aceptó este tratado.

FAMILIA
 El mensaje se lo llevó Mariano Felipe Paz Soldán de parte del Presidente Prado. El mandatario había llegado otra vez al poder por la vía legal y no por la fuerza. Por su parte, el viejo guerrero declinó el ofrecimiento. Sobre todo por razones de salud: estaba muy enfermo. Por eso mismo falleció al poco tiempo.
Hijo del médico, periodista y parlamentario independista José Pezet y Monel  y de Maria del Rosario Rodríguez de la Piedra, casado con la dama arequipeña Juana de Tirado y Coronel-Zegarra,  había nacido en Lima el 11 de Junio de 1809. Provenía de una familia de origen francés. Su abuelo fue un marino de ese país y se llamaba Antoine Pezet Estauche, quien llegó al Perú en 1765.
Lo bautizaron en la Parroquia de Santa Ana y estudió en el Real Convictorio de San Carlos. Ganado por la causa patriótica, el joven se enroló al Ejército de San Martin en el Cuartel de Huaura el mismo año 1821, fecha en que se selló, un 28 de Julio,  la Independencia Nacional.
Admitido como cadete, luchó en la entrada de Lima y en el primer sitio del Callao. Integró la Legión Peruana e intervino en las batallas de Torata y Moquegua, durante la Primera Campaña de Intermedios.
Promovido a teniente y, bajo las ordenes de Bolívar y Sucre, peleó en las batallas finales de Junín y Ayacucho. En calidad de Ayudante acompañó a este último en la campaña de Bolivia, donde posteriormente fue creada la república del mismo nombre.



Mariano Ignacio Prado depuso a Pezet.

GAMARRA Y ORBEGOSO
Acompañó al General Agustín Gamarra en la campaña del Alto Perú de 1828 que puso fin a la presencia colombiana en Bolivia. Posteriormente sirvió como edecán del Presidente  Luis José de  Orbegoso, a quien acompañó al Callao poco antes del estallido de la sublevación del General Pedro Pablo Bermúdez y la Mariscala doña Francisca Zubiaga y Bernales, la esposa de  Gamarra.
Durante la guerra civil, participó en la batalla de Huaylacucho y el abrazo de Maquinhuayo que puso fin al conflicto. Luego siguió al Presidente Orbegoso y al producirse la revolución de Felipe Santiago Salaverry fue nombrado Jefe del Batallón Libres de Ayacucho.
Pero cuando  Orbegoso pactó la intervención del ejército boliviano, solicitó su retiro como militar. Se desempeñó, a renglón seguido, como contador  de  la aduana de Islay y luego pasó administrar la del Callao. Lo llamaron nuevamente al servicio y asumió el cargo de Jefe del Estado Mayor del Ejército del Sur.
Apoyó el levantamiento del General  Juan Francisco de Vidal y luchó en la batalla de Agua Santa. Vidal, ya como Presidente del Perú, lo nombró Prefecto de Lima y le confió el mando de una división para oponerse a la revolución iniciada por Manuel Ignacio de Vivanco. 
LUCHADOR
Pero  Pezet  se pasó a las filas vivanquistas y en su nombre ejerció el poder interinamente del 27 de Marzo al 7 de Abril de 1843. Le entregó el mando a Vivanco quien ejerció el Directorio y lo nombró Inspector General del Ejército y Prefecto de La Libertad.
Enfrentó las revoluciones de los generales Domingo Nieto y Ramón Castilla. Estuvo en la batalla de Carmen Alto donde resultó herido y hecho prisionero. No obstante ser vivanquista, el primer gobierno de Castilla lo nombró Inspector General de la Guardia Nacional. Lo enviaron a Arequipa a formar tropas. Ejerció la prefectura de dicho departamento y con el mismo cargo pasó a Moquegua.
Durante el gobierno de Echenique, fue nombrado General en Jefe del Ejército que se organizó en el sur al producirse la amenaza de guerra con Bolivia. Sorprendido por el estallido de la revolución liberal de 1854, encabezada por Castilla en Arequipa, no acertó a contenerla y defendió al gobierno de Echenique hasta su derrota en la batalla de La Palma.
Lo desterraron a Chile y al cabo de un tiempo retorno al país. En 1859, el Presidente Castilla lo nombró Ministro de Guerra y Marina. Llegó a presidir el Consejo de Ministro e interinamente se hizo cargo del Poder Ejecutivo de Julio a Agosto de 1860,  por la incapacidad temporal de Castilla herido en un atentado y del Vicepresidente Juan Manuel del Mar que estaba enfermo.


La Batalla de Ayacucho.

EN EL PODER
En tal calidad, le correspondió presidir la ceremonia de instalación del Congreso de la República encargado de reformar la Constitución, el 28 de Julio de 1860. Fue también Jefe de Estado Mayor del Ejército durante la guerra con el Ecuador (1859-1860).
En 1862,  lo eligieron  Primer Vicepresidente de la República en la fórmula que encabezó el Presidente  Miguel de San Román. Pero su mal estado lo obligó a  pedir licencia y trasladarse a los balnearios medicinales de Vichy Francia, donde se restableció.
La muerte de San Román, en abril de 1863, lo obligó a retornar al Perú y luego asumió el poder como Presidente Constitucional de la República. La Carta Magna de 1860 le facultaba completar el periodo constitucional del mandatario fallecido que debía terminar en 1866. Pezet asumió el gobierno el 5 de Agosto de 1863, un día antes de ocurrido el incidente de Talambo.
 Una vida entre guerras y convulsiones con una característica admirable de jugarse el pellejo a cada rato. El hombre de valentía optó por la política y allí siguió en la brega sin resultados contundentes. Lo que no le impidió ingresar a las páginas de la Historia del Perú como un verdadero protagonista. (E. de N.)

1 comentario:

  1. Edgardo que buena información. Puedes por favor crear una cuenta en Twitter para saber cuando escribes algo nuevo?
    Saludos
    Pedro

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