martes, 17 de diciembre de 2013

BENTIN: EL SEÑOR DE LA MINA Y DE LA ESPADA

La Cordillera de los Andes, que atraviesa el territorio nacional, ha sido objeto de explotación minera desde tiempos  inmemoriales, pues constituye un verdadero depósito de riqueza mineral de incalculable alcance. Ya desde la Colonia al Perú se reveló, gracias a ello, como un país fundamentalmente minero, y a lo largo de toda nuestra historia ha sido la minería el sostén económico del país. Sin duda, los forjadores de la minería peruana fueron hombres de singular empeño y arrojo sin medida. Entre ellos hay uno que destaca con fuerza por sus dotes y su entrega al desarrollo de la industria y de la sociedad.
Se llamaba Ricardo Bentín Sánchez  y había nacido en Lima, el 21 de Septiembre de 1853. Fueron sus padres don Antonio Bentín y doña Manuela Sánchez, quienes a temprana edad matricularon al pequeño fruto de sus amores en el colegio Noboa de la calle La Riva. Más tarde, Ricardo Bentín acudiría, como la mejor juventud de su tiempo, al colegio Nuestra Señora de Guadalupe, para cursar estudios secundarios.
Bentín ingresó a la Universidad de San Marcos, pero muy pronto, hombre de acción como era, dejó de lado los estudios para colaborar con su padre en los negocios familiares, que eran básicamente mineros y estaban asentados en la provincia limeña de Huarochirí. Era esta una empresa muy pequeña, que a duras penas, y con tecnología artesanal, rendía ganancias suficientes para la manutención del modesto hogar.

Ricardo Bentín Sánchez

Ricardo Bentin

LA GUERRA
Fueron aquellos años ciertamente difíciles. A Ricardo Bentín le tocó sufrir en carne propia el rigor de una guerra trágicamente perdida por el Perú, la Guerra del  Pacífico. Alistado como voluntario en 1879 recibió el encargo de dirigir la prefectura de Huarochirí. Producida la derrota, Bentín se integra a las rebeldes fuerzas caceristas.
El de Cáceres constituía un ejército irregular, desmañado, aunque muy voluntarioso. Bentín recolectó en el propio Huarochirí todo el material humano que le fue posible, para ponerse luego a las órdenes del gran estratega. Cáceres lo nombró miembro de su ayudantina, selecto grupo de jóvenes oficiales que por su valor y audacia en el campo de batalla fueron conocidos como “los mosqueteros”.
La legendaria y difícil campaña de La Breña ocupa a Bentín durante aquel tiempo. Combatió con heroísmo en Marcavalle, Pucará y Huamachuco. En esta última batalla llegó a distinguirse tanto que el propio Cáceres lo menciona con admiración en su parte final. Fue ascendido primero a Sargento Mayor y luego a Teniente Coronel, en mérito a sus valientes acciones de guerra.
Terminada la campaña, y tras el Tratado de Ancón (que Cáceres se negó a reconocer), Bentín vuelve a ocuparse de la minería. El negocio paterno, arruinado definitivamente por la guerra, ya no podía ser reflotado, de manera que el arrojado ex oficial se emplea como capataz en Aguas Calientes, con tres obreros indios a su cargo.
DIPUTADO
En aquella época Bentín promovía excavaciones en puntos demasiado riesgosos, contra la opinión de sus colegas. Con particular decisión continuó sus labores, hasta verlas finalmente coronadas con el éxito y la fortuna.
En 1886, Ricardo Bentín es electo Diputado por Huarochirí. Allí en el Parlamento de la República, le tocó cumplir destacada labor en defensa de la minería peruana, discutiendo los onerosos  términos del tristemente célebre Contrato Grace. Su fama creció al punto que durante cinco periodos legislativos ocupó una curul, siendo elegido en una oportunidad presidente de la cámara baja.
Para entonces ya Bentín se había retirado de Aguas Calientes, dejando la conducción del enclave minero en manos de una sociedad, a la que recomendó con gran cariño, en carta ejemplar todavía conservada, el cuidado y la atención permanente de los trabajadores, obligados a vivir, con sus familiares, en condiciones harto problemáticas.
En 1915, la Convención de los partidos Civil, Constitucional y Liberal, lo elige como candidato a la vicepresidencia en la plancha presidencial por José Pardo. Completaba la lista un hombre de la talla de Melitón Carbajal, también heroico ex combatiente de la Guerra del Pacífico, compañero del  Almirante Grau en el monitor Huáscar. En las elecciones generales triunfaron estos candidatos ocupando los cargos prescritos hasta 1919.



Con su familia.

FECUNDA LABOR
Bentín se apartó voluntariamente de la vida pública poco después. En Huarochirí se recuerda todavía su fecunda labor humanitaria, su constante preocupación por el bienestar de los pobladores y su talante tranquilo y apacible. Con sus propios recursos financieros fundó y equipó innumerables escuelas, llegando incluso a donar, para ese fin, las dietas que percibía como diputado. Numerosos pueblos de la zona guardan hoy su memoria y le rinden justo tributo.
Ricardo Bentín falleció en Lima el 22 de Septiembre de 1921, con honores de héroe. Sus restos han sido traslados del cementerio Presbítero Maestro, en Barrios Altos, a la Cripta de los Héroes, donde merecidamente descansan.
Los Bentín adquirieron las acciones de la compañía cervecera Backus y Johnston, de origen inglés, tras muy arduas y difíciles negociaciones, en 1954. Esta próspera industria nacional, modelo de desarrollo y concordia laboral paso a manos peruanas en 1954. Ellos renovaron  los sistemas productivos de la compañía, así como la calidad de su cerveza, hoy reconocida en el mundo entero* (Jorge Donayre Belaúnde)

*El negocio cervecero fue vendido, posteriormente, a capitales transnacionales que hoy en día están a cargo de esta industria.

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