miércoles, 28 de noviembre de 2012

EL COLAPSO ITALIANO EN SOMALIA

En teoría, los territorios británicos de Africa Oriental estaban seriamente amenazados desde el  momento de la entrada de Italia en la guerra. Pero como ocurrió en el desierto occidental, tras la espectacular aparición en escena de los italianos, no había una auténtica fuerza. Esta es la historia de cómo se perdió, a causa del retraso en la organización de una defensa eficaz. La Somalia Británica y de cómo los ingleses enfrentándose rápidamente con la realidad de los acontecimientos, reaccionaron y ocuparon luego la Somalia Italiana, conquista que debilitó la fuerza de Mussolini en Africa Oriental y brindó la oportunidad a los militares de ambos bandos, de considerar la gran importancia que tiene en la guerra la rapidez de movimientos.
La interminable lucha contra el terreno y los elementos contribuyó, en igual medida que los combates, y en ocasiones incluso más aún, a dar carácter a la campaña de Africa Oriental, que se prolongó por espacio de diecisiete meses, desde Julio de 1940 a Noviembre de 1941. Durante toda la campaña, la naturaleza del relieve exigió originalidad, improvisación y una resistencia extraordinaria. Al mismo tiempo impuso precisas limitaciones de orden táctico.
En el centro de aquella vasta región se halla Etiopía, un maciso montañoso y un territorio (1.250,000 kilómetros cuadrados de superficie) que era el más inaccesible de toda Africa. En teoría, se trataba de un país fácilmente defendible contra las invasiones pero la imposibilidad de utlizar otras vías que no fueran las escasísimas carreteras y la casi absoluta falta de medios de comunicación imponían severas restricciones al ejército invasor y a lo defensores.
ERITREA
Al norte de Etiopía se hallaba la colonia italiana de Eritrea, bastante desértica y desolada,sin ningún interes por lo que el esfuerzo militar de los adversarios se concentraba, inevitablemente, en las escarpadas vertientes meriodionales, donde se encontraban las únicas vías de acceso a Etiopía.
Al Sudeste y al Este se extendía Somalía, cuyo territorio estaba repartido entre italianos, ingleses y franceses. Sus 800,000 kilómetros cuadrados carecíian de todo recurso y eran el territorio más primitivo de Africa.
A las características del suelo hay que añadir la falta de preparación de que dieron muestra ambas partes en semejante teatro de operaciones. Al entrar Italia en guerra, el Reino Unido no disponía en Africa oriental de fuerzas capaces de sostener una campaña. Las escasas unidades que habían sido posible reunir o reclutar en el país, tan solo podían servir, en un principio  para intentar defender Kenya, la Somalia Británica y el Sudán contra una posible invasión italiana no demasiado violenta. 
LIMITACIONES
Teóricamente los italianos gozaban de una superioridad numérica absoluta, pero en la práctica sus posibilidades eran limitadas. Por otra parte, las fuerzas británicas fueron aumentando en el transcurso de las diversas fases de la campaña. En cambio, los italianos, aislados de la patria, no recibieron refuerzo alguno. Según datos italianos, las cifras eran las siguientes: tropas peninsulares, 91,203; tropas indígenas, 192,273; en total, 290,476 hombres. A lo largo de la campaña fueron reclutadas e instruídas más tropas etíopes. Pero no eran de fiar. Además Etiopía no contaba con una economía y unos recursos que le permitieran atender las exigencias de una guerra prolongada.
El país se hallaba en un estado de constante inquietud. Vastas regiones permanecían en plena agitación después de los cuatro años de ocupación italiana y numerosas tribus se sublevaban de vez en cuando. De ahí que las fuerzas italianas estuviesen organizadas para asegurar  el orden interno, disperso en lejanos distritos y equipado, en general, para servicios de guarnición.
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Fusiles y armas capturados a los italianos

Los ingleses cuyo servicio de información era inadecuado y poco eficaz, desconocían el escaso valor de las fuerzas italianas. Por ello preveían la posibilidad de una invasión de su territorio. La víctima sería sin duda Somalia Británica  Pero esto no era lo peor: la probable invasión del Sudán amenazaba, de hecho, el  Oriente Medio, mientras que la invasión de Kenya tendría serias repercusiones en toda Africa oriental.
BASES POTENCIALES
Los italianos invadieron, en efecto, Somalia Británica, pero en el Sudán limitaron su actuación  a la toma de Cassala, importante centro a 20 kilómetros de la frontera de Eritrea y en Kenya a la ocupación de Moyale, pequeña ciudad fronteriza. En ambos casos, lo que únicamente perseguían era privar a los ingleses de dos bases potenciales, de dos posibles vías de acceso al Africa oriental italiana
De todas formas, con invasión o sin ella, la presencia italiana en Africa oriental era un serio problema. El “cuerno” de Africa dominaba la entrada del Mar Rojo, linea vital hacia el Oriente Medio y los aviones italianos con base en tierra constituían una serie amenaza para los buques británicos que abastecían la zona. En Massaua había, además, una base naval. Por si todo esto fuera poco y a causa de la presencia italiana,el Mar Rojo era oficialmente zona de guerra, lo que significaba que los barcos americanos no podían navegar por sus aguas. Esas circunstancias agravaba más el problema del desabastecimiento del Oriente medio.
Así pues, el mando británico tenía motivos de preocupación y, mientras Africa oriental italiana constituyese una amenaza en potencia, las tropas, por necesarias que fuesen en otros lugares, debían permanecer en Kenya y en el Sudán.  
OPERACIONES DIFERENTES
Es importante recordar que, en aquel momento, nada hacía pensar a los británicos en la posibilidad de conseguir la rendición italiana en Africa oriental. Todas las previsiones coincidían en afirmar que una campaña que se propusiera tal objetivo sería demasiado costosa y requeriría fuerzas de las que no se podía disponer. Sin embargo, lo que andando el tiempo sería la campaña de Africa oriental no resultó ser una campaña en la acepción normal del término. Fue un conjunto de operaciones diferentes y en la primera fase, desligadas con un objetivo limitado cada una de ellas. Ni siquiera existió, por lo menos hasta el final, un mundo autónomo, sino que las operaciones fueron dirigidas en parte desde Kenya por el Teniente General Sir Alan Cunningham y en parte desde el Sudán por el General de División William Platt.

Sir Alan Cunningham

La campaña se inició con la invasión de Somalia británica para los italianos. El Duque de Aosta, príncipe de la Casa de Saboya y Virrey de Tiopía, había recibido instrucciones en el sentido de mantener una actitud defensiva. Pero el Virrey temía que la Somalia Francesa, pudiera servir de base para la invasión de Etiopía por tropas británicas, pues si bien aquel territorio estaba bajo la tutela de Vichy, el duque de Aosta no se fiaba de la guarnición.
Tanto la Somalia britanica como la italiana (ambas se unieron en 1960 para formar la República de Somalia independiente) son regiones desoladas. A unos 80 kilómetros hacia el interior, en dirección a la frontera etiópica y paralela a la costa, corre una cordillera de elevadas montañas, con alturas que oscilan alrededor de los 2 mil metros y que son el paso obligado para una invasión procedente de Etiopía. Por lo tanto sólo existían dos posibilidades: detener allí al invasor o dejarlo pasar, sin poder ya detenerle en ninguna otra parte. No existe otra posición defensiva.
WAVELL
La primera valoración británica sostenía que no no era posible defender Somalia, lo que era tanto ofrecer a los italianos las costas del golfo de Adén. Pero el General Wavell visitó la colonia en vísperas de la declaración de la Guerra de Italia y decidió que, después de todo, era necesario hacer lo posible por conservarla. Calculó que haría falta un mínimo de cinco batallones. Pero al comenzar la invasión, el 3 de Agosto de 1940, el comandante de la colina, Brigadier A. R. Charter, disponía tan sólo de un batallón de Rodhesia del Norte, otro de fusileros reales, de dos compañías del regimiento Punjab, del reducido pero móbil Camel Corps somalí y de una batería con cuatro obuses de 94 mm. El batallón Black Watch estaba en camino desde Adén.
A estas fuerzas, el General Nasi,  Comandante italiano en Etiopía sudoriental, oponía 26 batallones, cada uno con su propia artillería. Cinco grupos de  indígenas, mandados por oficiales italianos. Cuatro baterías de campaña, carros  de combate ligeros y medios y vehículos acorazados. Punto muy importante: las suyas eran fuerzas bien conjuntadas, al contrario de lo que apresuradamente estaban reuniendo los ingleses. 
FRACCIONES
Después de atravesar la frontera, el dia 3 de agosto, las fuerzas italianas se fraccionaron. Una columna se dirigió hacia el límite de la Somalia Francesa y como no se podía hacer nada para detenerla  en dos días alcanzó su objetivo, que era impedir que la guarnición francesa intentase ayudar a los ingleses.
La atención del pequeño pero enormemente activo Camel Corps, se centró enseguida en el resto de las fuerzas mandadas por el General de División De Simone. Aún obligado a replegarse continuamente, el Camel Corp no cesó de hostigar al enemigo, consiguiendo retardar su avance. En consecuencia, De Simone tardó dos días en llegar a Hargeisa, la primera e indefensa ciudad de la Somalia Británica. .Pero sobrevalorando la fuerza del citado Camel Corps y en lugar de lanzarse inmediatamente sobre Tug Argan, situado a 100 kilómetros al Noreste, dedicó tres días a fortificar Hargeisa, hasta transformarla en una base apta para resistir los duros combates que se esperaban.
Luego reemprendió la marcha, el 8 de Agosto, y llegó a Tug Argan el día 11. Pero el retraso de Hargeisa había sido de la mayor importancia para los ingleses pues dio tiempo a que llegara el batallón Black Watch y permitió al General Wavell nombrar un comandante de las fuerzas defensivas: el General de División  A. R. Godwin Austen.
TUG ARGAN
En Tug Argan, la carretera con muchas curvas, estaba dominada por seis alturas, separadas entre si por una distancia de un kilómetro y medio o dos y ocupadas por escasas tropas británicas  Los italianos desencadenaron en seguida una potente barrera de artillería y se lanzaron con fuerzas equivalentes a una brigada, a la conquista de una de las cimas, que lograron ocupar y conservar pese a dos valerosos contraataques. Atacaron también otras dos costas. Pero los defensores los detuvieron causándoles muchas bajas. Aquel día los italianos no hicieron más progresos.
Al día siguiente atacaron todas las posiciones, y todas ellas, menos una, resistieron el asalto enemigo, produciéndose encarnizados combates que duraron desde el alba hasta entrada la noche. Pero mientras las fuerzas británicas empleaban todos sus recursos, los italianos disponían de grandes reservas, por lo que consiguieron ascender gradualmente por la derecha, mientras avanzaban sobre el flanco Este de las cimas defendidas.
Los combates continuaron todo el día 13 de Agosto, sin que los defensores cediesen un palmo de terreno. Mientras tanto, los cuatro obuses de 94 mm hacían lo que podían contra la artillería enemiga, muy superior. Al fracasar un intento de detener la infiltración enemiga,  las tropas británicas empezaron a darse cuenta de que estaban a punto de ser cercadas y de que corrían el peligro de perder el acceso a la única vía de retirada. El 14 de Agosto, cuarto día de la batalla, los defensores seguían resistiendo. Pero la amenaza de quedar aislados de un momento a otro era cada vez mayor.


Resultado de imagen para Somalia. Segunda Guerra Mundial. Fotos

Soldados ingleses

Por este motivo el General Godwin-Austen telefoneó a El Cairo y comunicó que al no existir ninguna otra posición apta para la defensa, la única forma de salvar sus fuerzas era evacuar Somalia. Y El Cairo dio su aprobación.
ATAQUES
Godwin Austin resistió otro día más los ataques enemigos  pero durante la noche del 15 empezó a retirarse hacia una posición preparada unas millas más atrás, dondel el Black Watch contraatacó dos veces y con tal intensidad que los italianos se vieron obligados a detenerse, lo que dio al General Godwin Austen el tiempo suficiente para poder embarcar sus fuerzas en un buque de guerra que esperaba en Berbera. Los italianos llegaron a esta localidad el 19 de Agosto.
La defensa de Somalia Británica costó a los ingleses 250 bajas contra 2,052 de los italianos. En cuanto al primer ataque lanzado por los ingleses contra el Africa Oriental italiana, en Febrero de 1941, cuyo objetivo era eliminar lo que seguía considerándose como una amenaza a Kenya, fue dirigido contra Somalia Italiana y corrió a cargo, principalmente, de la División 12 africana del General Godwin Austen.
El gran problema era como llegar a Somalia. La única carretera transitable atravesaba el distrito fronterizo del norte de Kenia, región esteparia, cálida  inhóspita y  sin agua, salvo en la estación de las lluvias.  Pero entonces el suelo se transformaba en una inmensa chacra completamente impracticable. La cabecera de linea ferroviaria más cercana estaba a 600 kilómetros y desde este punto los abastecimientos deberían transportarse por caminos que se hallaban en pésimas condiciones. Realmente aquella región era más bien un obstáculo que un adecuado trampolín de lanzamiento.
IMPACIENCIA
El General Cunningham que asumió el mando de Kenya en Noviembre, había previsto no lanzar  ningún ataque antes del mes de Mayo, cuando cesaran las grandes lluvias. Pero la impaciencia que reinaba en Londres, junto con la perentoria necesidad que se tenía en Oriente Medio de las tropas de Kenya, obligaron a acelerar el ritmo. La defensiva de Febrero no inspiraba mucha confianza, ya que las fuerzas italianas en Somalia habían sido considerablemente sobrevaloradas y se esperaba hallar una dura resistencia en Chisimaio. Si no se conseguía tomar esta ciudad y  atravesar el río antes de que las tropas británicas consumieran una parte sustancial de sus abastecimientos,  sería imposible continuar hacia el Norte. Incluso se consideraba preferible retirarse en caso de que Chisimaio no fuera ocupada en menos de diez días.
Durante los primeros 150 kilómetros hacia el Este, a través de una región llana, y hasta la ciudad de  Afmadu que sería atacada el 11 de Febrero por la División 12 africana, no se esperaba encontrar resistencia. El 10 de Febrero Afmadu fue duramente bombardeada por la aviación sudafricana, causando tal efecto sobre la moral de la guarnición que cuando las avanzadillas de la División 12 se aproximaron, descubrieron que los italianos se habían retirado. Entonces al hallar Afmadu sin guarnición, los ingleses avanzaron con sorprendente rapidez.

 
La gran guerra en el Africa

GOBUIN
La Brigada de Costa de Oro avanzó unos cientos de kilómetros en dirección Oeste. Al día siguiente ocupó tres encarnizados combates, una posición bien defendida situada en la margen izquierda del río Giuba, tras lo cual prosiguió otros 50 kilómetros hacia el Norte, ocupando una nueva posición situada en el citado río.
La mañana del 14 de Febrero  los sudafricanos tomaron Gobuin, 130 kilómetros al sudoeste de Afmadu y a unos 15 kilómetros al norte de Chismaio: el camino quedaba libre para la Brigada 22 que tomó por asalto Chisimaio aquella misma noche. La resistencia de los sitiados fue muy débil.
El Duque de Aosta, sobrevalorando la fuerza de los ingleses, del mismo modo que éstos sobrevaloraron la suya, había ordenado previamente que se evacuara Chisimaio, no sin antes destruir todos los depósitos e instalaciones. Pero la rapidez del avance británico impidió que  esto se llevase a cabo en su totalidad.
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El Duque de Aosta

Importantes fuerzas italianas ocupaban la orilla del Giuba en Gobuin. Destruyeron el puente y se organizaron a la defensiva, por lo que les fue fácil frustrar el primer intento de las tropas sudafricanas de atravesar el río. Durante una semana la actividad se redujo a estos repetidos intentos. Después, algunas lanchas de asalto sudafricanas consiguieron atravesarlo a unos 11 kilómetros más arriba. Los italianos contraatacaron inmediatamente, más la cabeza de puente resistió hasta la llegada de refuerzos. Siguieron otros días de encarnizados combates, pero el 23 de Febrero las tropas sudafricanas ya eran dueñas de ambas oríllas en una longitud de unos 13 kilómetros. A los italianos no les quedaba  otra solución que rendirse o desaparecer entre los bosques.
DEBILIDADES
Los sudafricanos se lanzaron inmediatamente en dirección Norte y tras un avance de 80 kilómetros a lo largo de la margen oriental, se unieron a la Brigada de Costa de Oro, que a su vez había forzado el paso del río, 130 kilómetros hacia arriba y se dirigía hacia el Sur.
Entonces, y a pesar de que se había elaborado un plan minucioso, la resistencia italiana, inesperada e inexplicablemente, cedió de improviso. Desde ese momento se hizo evidente que las fuerzas italianas o no querían combatir o eran incapaces de oponer resistencia eficaz. El Comandante italiano era el mismo General De Simone que había librado siete meses antes, la Batalla Tug Argan. Disponía de dos divisiones en aquella zona, pero su resistencia a emplearlas era uno de los frutos de la defensa organizada en Tug Argan por el General Godwin- Austen con el que de nuevo se enfrentaba.
Es cierto, sin embargo, que los vehículos italianos estaban muy por debajo de lo que las necesidades exigían por lo que De Simone carecía de movilidad, factor indispensable en la maniobra táctica. Por añadidura, la aviación italiana se mostraba casi totalmente inactiva, mientras las tropas británicas gozaban de un excelente apoyo aéreo. 
PLANES RECONSIDERADOS
Por otro lado, las tropas etíopes que combatían con los italianos demostraron ser muy poco de fiar y tendían a desaparecer en el boscaje apenas sonaban los primeros disparos. Esto no debería haber sorprendido a los italianos. Sin embargo, ellos asignaron a los etíopes la misión de retardar y hostigar las fuerzas británicas.
Tras la caída de Gelib, el mando italiano en Somalia se desintegró y los planes británicos                                                              tuvieron que reconsiderarse. La falta de una resistencia eficaz causó gran sorpresa e indicaba que podían correrse riesgos hasta entonces no imaginados. Además la toma de Chisimaio, con el puerto prácticamente intacto, permitió la llegada de abastecimientos por mar, lo que cambiaba al fin la situación logística.
Lo que había empezado siendo un simple avance ilimitado a eliminar la posible amenaza sobre Kenya, se convirtió de pronto en una vasta operación ofensiva cuyo objetivo era expulsar a los italianos de Somalia y servirse de este territorio como base para la invasión de Etiopia. Así  pues, el General Cunningham dio la orden de ocupar lo antes posible la capital, Mogadiscio, que contaba con un importante puerto y buenos servicios.
A tal fin se envió la brigada de tropas africanas a Gelib y se le asignó la misión de perseguir a los italianos en retirada. Bombardeados desde el mar y continuamente desde el aire, esta retirada se transformó en una completa derrota y los nigerianos cubrieron los 400 kilómetros que les separaban de Mogadiscio en tres días.
Ni siquiera se intentó defender esta ciudad. El 25 de Febrero los primero nigerianos entraron en ella y encontraron 1.5000.000 litros de gasolina y 360,000 litros de carburante para aviones, además de considerables cantidades de provisiones.
Mapa de Somalia italiana

Laconquista de Somalia italiana se consiguió en un tiempo increíblemente corto, despues de la campaña se comprobó que se habían ganado dos meses sobre la fecha  prevista.  (Tomado, condensado, editado y resumido de la Revista “Asi Fue la Segunda Guerra Mundial)  

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