martes, 21 de diciembre de 2010

EJEMPLO DE DESPRENDIMIENTO

Una noble trayectoria ofrece la vida de Luis Sáenz Peña, Presidente de la Argentina entre 1892 y 1895, en su trayectoria de altivez ciudadana, de austeridad política y de auténtico demócrata con un desprendimiento total.
Era un amante de las igualdades sociales y políticas con ecuanimidad y ponderación espiritual que fueron en él rasgos inconfundibles para reorganizar  y construir en su país, teniendo en cuenta siempre al ciudadano.
Nació en Buenos Aires el 2 de abril de 1822. Fue su padre Roque Sáenz Peña- nombre tradicional que se repitió en otro mandatario argentino su hijo que estuvo tan ligado al Perú y que siendo argentino peleó decididamente contra el invasor chileno. Los Saenz Peña, generación tras generación, han sabido mantener hidalguía y caballerosidad  ejemplares.

Luis Sáenz Peña
Luis Sáenz Peña
La vida publica de Luis Sáenz Peña, abogado de profesión, se inició con su designación como miembro de la Convención de 1860 que tuvo por fin estudiar y proponer las reformas de la Constitución Nacional, como acto previo a la unión de Buenos Aires. Lo mismo hizo diez años después en otra reunión famosa la de 1870.
Cabe destacar que el voto obligatorio implantado por el Presidente Roque Sáenz Peña en 1912, fue una iniciativa de su  progenitor expuesta en la convención de 1870 y defendida con calor en largos y brillantes debates.
VOTO OBLIGATORIO
En efecto, en las primera sesiones de aquella asamblea, Sáenz Peña presentó un proyecto de régimen electoral en el cual se establecía, entre otras cosas, el deber de votar para todos los ciudadanos mayores de 18 años so pena de multa para que él no lo cumpliera.
La obligación fue acertada en vista del ausentismo existente en las urnas de Argentina por esa época. Si bien el acto es espontaneo y necesario, en este caso, por medio de los poderes legítimos, el pueblo no respondió. De allí el acierto.
Sáenz Peña fue diputado nacional por Buenos Aires, Vice-gobernador de la provincia, Senador y Ministro de la Suprema Corte de Justicia Nacional. Fue nominado candidato a la Presidencia de la República a los 70 años de edad.
Sáenz Peña vaciló mucho en aceptar la candidatura decidiéndose finalmente “como un sacrificio que hacia en aras de la tranquilidad del país". La primera y decisiva adhesión que recibió fue la de su hijo el ligado al Perú Roque Sáenz Peña, a su vez candidato presidencial de los modernistas, quien declinó para precisamente apoyar a su padre.
Resultó elegido primer mandatario y el 12 de octubre de  1892 asumió el poder. El ambiente político era  de violencias y enconos, existiendo latentes las amenazas de golpe de estado que tanto daño le hicieron a América.
PROGRESO
El Presidente implantó algunas mejoras en la administración pública, organizó las finanzas y acrecentó el progreso material de la nación. Fomentó algunas obras publicas que mejoraron el puerto de la capital. Lo mismo se hizo al interior del país, incluyendo puentes y caminos construidos con precisión.
El Ejército y la Armada experimentaron progresos, comenzando por dar ubicación definitiva al Colegio Militar de San Martín y a la Escuela Naval a bordo de uno de los buques de guerra, a la vez que le proporcionaron nuevos planes de estudios. La Escuadra fue reforzada con dos acorazados y valiosos elementos de combate.
La gestión financiera fue conducida con discreción y habilidad, a pesar de los serios obstáculos que hubo que salvar. Las rentas del presupuestos disminuyeron y se registraron ciertos descensos en la deuda pública.
Las importaciones señalaron un pequeño aumento y lo mismo ocurrió con las exportaciones. Por lo que el saldo de la balanza comercial dejo un margen a favor del país, con proyecciones al  crecimiento.
Los planes gubernamentales fueron positivos en el campo de la edificación urbana y una de las principales obras fue la apertura de la Avenida de Mayo. En la República se extendieron mil kilómetros de vía férrea, que sumados a la red existente, daban un total de 13 mil 961 kilómetros. La inmigración también aumentó.
El Gobierno de Sáenz Peña firmó un tratado de limites con Chile, tras arduas negociaciones y problemas realizados entre 1891 y 1893. Sin embargo, los conflictos prosiguieron y fueron solucionados por la acción de los presidentes Uriburu y Roca.
LEVANTAMIENTOS
La oposición al gobierno era implacable sobre todo por parte del radicalismo. Ante tal situación, el Presidente llamó a sus detractores para que ocupen cargos en el gabinete ministerial, a fin de evitar las amenazas pendientes de revolución
Con tal actitud se creyó resuelta la difícil situación del Ejecutivo y conjurado el peligro de revuelta que lo amenazaba. Más no fue así y la situación lejos de despejarse  se agravó con mucha incertidumbre.
Se registraron levantamientos populares en La Plata, Santa Fe y San Luis. El orden, realmentre estaba alterado y cayó el gabinete ministerial. El gobierno tuvo que organizar un nuevo equipo de ministros con orientaciones de unidad, dedicó sus esfuerzos a evitar desbordes, restablecer la normalidad y asegurar el orden en todo el país.
Inclusive como corolario de las revueltas también se registraron proclamaciones presidenciales como las del doctor Alem. El Gobierno, con la ayuda del Ejército, pudo someter la rebelión sin sangre de por medio.
RENUNCIA
Las fuerzas sublevadas se disolvieron sin disparar un tiro y varios buques de la Armada, también levantados fueron vencidas de la misma forma por las tropas leales al gobierno que demostró, en todo momento, firmeza sin ningún tipo de abusos.
Sáenz Peña no escatimó esfuerzos, luego de pacificar el país, de pedir la unidad y colaboración de  los argentinos y prometió una época de reparación de las libertades cívicas. Se mantuvo, sin embargo como precaución, el estado de sitio, asegurando la tranquilidad de la población. Sin embargo, el gobierno tuvo que recomponer varias veces los gabinetes ministeriales.
Tal fue la crisis que Sáenz Peña, inspirado por un alto sentimiento de patriotismo elevó el 22 de enero de 1895 su renuncia al Congreso. No obstante de que mantenía el imperio de la Constitución y de las leyes de la nación.
El Congreso reunido en Asamblea, el mismo 22 de enero de 1893, aceptó la renuncia, sin hacer sobre ella ningún debate casi por la totalidad de los votos, aceptando tan sólo un pronunciamiento en contra del diputado por Salta, Indalecio Gomez. Ese mismo día asumió la presidencia, el Vicepresidente José Evaristo Uriburu.
Se consumo así el sacrificio político de un ciudadano virtuoso y de un mandatario en aras de las conveniencias partidarias. Lo llevaron a la suprema magistratura con convicción de servir y le crearon, deliberadamente, la situación de intranquilidad que lo condujo a la renuncia.
Sáenz Peña lo comprendió y  patrióticamente renunció. “Es preferible-escribió en esos días a un amigo- encerrarse en la vida privada a ser instrumento de personajes políticos que se creen con derecho a imponer sus opiniones sin las responsabilidades del gobierno”.
Desde que entrego el gobierno, Sáenz Peña vivió completamente retirado de toda actuación pública. Solo se le vio figurar en asambleas nacionales cuando fueron necesarios sus consejos, en momentos de indecisión o de peligro.
Como cuando se agravó el conflicto con Chile en 1902 o cuando se reunión la convención de notables para elegir a los candidatos presidenciales. Murió Sáenz Peña en 1907, a los 85 años, en medio de la veneración de los argentinos que al final lo comprendieron perfectamente. Vale ser demócrata.

5 comentarios:

  1. Ciuudano ejemplar este argentino que fue presidente de su pais en épocas convulsionadas. Un paradigma para América Latina. No olvidemos que para nosotros aún más porque fue el padre de Roque Sáenz Peña que no dudó en ningún momento en defender nuestra patria frente al invasor chileno, a pesar de que no había nacido aquí. Buenos es recordar a estos personajes. Porque la patria es América,conforme decía el Libertador Bolivar. Julio Morales

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  2. La Argentina y el Perú siempre han tenido magníficas relaciones,sobre todo por el desempeño de sus hombres. Enaltece conocer la vida de este personaje que sirvió a su país ejemplarmente. Héctor Alegre

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  3. Los pueblos que tienen buenos presidentes progresan notablemente. Tal es el caso de la Argentina. Aquí se nota decisión de gobierno y transparencia total en epocas no muy tranquilas que digamos. Viva Sáenz Peña. Valicha Fernández.

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  4. Padre e hijo fueron excepcionales. Albricias para la Argentina, el Peru y America. Aprendamos de estos hombres que se entregan para perdurar y no para recibir.Hernán Vargas

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  5. Lo que mas me ha impresionado del artículo es la entereza y decisión del Presidente Sáenz Peña de renunciar cuando efectivamente vio que no podia aportar. Dejar el poder es de hombres. Como lo hizo este argentino. Aprendamos de él. David Hernández.

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